Como tantos otros pueblos de España, Murillo el Fruto, en la Comunidad Foral de Navarra, cuenta con una muralla, un pasado que tiene de visigodo y musulmán, unas fiestas en agosto, y una patrona: Santa Úrsula. Y desde las pasadas elecciones municipales, también cuenta con dos concejales miembros del Partido Cannábico Luz Verde, que se han propuesto ubicar allí una planta de cáñamo para atraer industria, empleo y luchar contra la despoblación. A por la España vacía, cargados de alegría.
Desde hace más de una década, el tema de la despoblación y la necesidad de revitalizar las áreas rurales es parte importante de la agenda política. La expresión de 'La España vacía' fue acuñada por el escritor Sergio del Molino en su libro del mismo nombre publicado en 2016, en el que denuncia las brechas entre el mundo urbano y rural de una España que parece haber sido abandonada en beneficio de las grandes capitales. Hay sin embargo, una reacción, particularmente después de la pandemia, por la que muchos jóvenes están mostrando iniciativas para retornar a los pueblos en busca de un modo de vida híbrido entre la tranquilidad y el menor costo de vida del campo y la conectividad que permite, entre otras ventajas, el teletrabajo.
Es en el marco de esa situación social, que Andrés Vallés y Germán Lanas, elegidos concejales en las recientes elecciones municipales tras presentarse como independientes dentro del Partido Cannábico Luz Verde, han propuesto la implementación de una planta de procesamiento del cáñamo, como se conoce a la 'cannabis sativa' cuando se utiliza para obtener fibras. Su propuesta, aseguran, es "una manera de luchar por el pueblo" en un entorno que consideran idóneo por la climatología, agua y servicios de la zona; y que atraería negocio, empleo y medidas contra la despoblación que afecta a Murillo. La población actual del pueblo supera escasamente los 600 habitantes.
Entre sus objetivos al luchar contra la despoblación están "que se mantengan la escuela, el centro médico, el equipo de fútbol del pueblo. Estas zonas rurales se van quedando más vacías y la gente se va a la ciudad". Como se sabe, son muchos los municipios de esta 'España vacía' que al ver reducida su población se quedan sin servicios y sus habitantes se ven forzados a desplazarse a otras localidades más grandes para poder hacer uso de ellos.
Los flamantes concejales del Partido Cannábico aseguran estar seguros de que la industria del cáñamo puede florecer en Murillo ya que tiene múltiples aplicaciones, "desde textiles a otros con los que se hacen materiales de construcción, gasoil, alimentos, piensos, cremas, medicinas… muchas cosas", señalan.