Primera ola de calor del verano: ¿gasta más el aire acondicionado o un ventilador?

Este viernes es probable que el Valle del Guadalquivir, en Andalucía, soporte 45º. Madrid llegará sí o sí a los 40º y en el Valle del Ebro las temperaturas no bajarán de 42º. La conclusión, sin duda, es que vamos a morir muy pronto. Pero mientras te tomas un té helado y sopesas los logros y fracasos de tu vida, te planteamos otro dilema aún más trascendental ¿que gasta más, el aire acondicionado o el ventilador? De nada.

Lector, a estas alturas del achicharramiento global no vamos a pretender hacer un hype de este tema: está claro que el ventilador puede gastar hasta un 90% menos de energía que el aire acondicionado, convirtiéndose así en la opción más barata, tanto en el coste de compra como en la factura eléctrica tras su uso. Y sin embargo... ¿produce el mismo efecto que el aire acondicionado? Ahhhhh. Una rápida aplicación del criterio costo-beneficio nos pone e nuevo en la tesitura, porque lo cierto es que, al no enfríar el aire realmente, solo agitarlo en su espantosa tibieza, al ventilador hay que mantenerlo encendido con constancia, y muchas veces durante toda la noche. En cambio, y especialmente si tenemos las estancias bien aisladas, el aire acondicionado puede ser usado durante mucho menos tiempo.

Según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de 2022, se estima que el aire acondicionado se utiliza unas 200 horas al mes, mientras que el ventilador alrededor de unas 340 horas. Basándose en estos datos, los modelos más eficientes de aire acondicionado (83 kWh) pueden sumar unos 25 euros al total de la factura, mientras que los menos eficientes, 178 kWh, la elevan por encima de los 53 euros mensuales.

Los ventiladores más eficientes, por otro lado, es decir los de 8’5 kWh suman apenas unos 2’55 euros a la factura, mientras que los de máxima potencia, alrededor de 24 kWh, incrementan su coste hasta más de 10 euros.

La conclusión, lector, es que depende. Si tienes una casa bien equipada y puertas y ventanas de calidad, no dudes en entregarte a la lujuria del aire acondicionado "mientras la ciudad se llena de árboles que arden y el cielo aprende a envejecer" (Sabina dixit), pero si no es así, solo te queda agitar el aire y defender el pan y la alegría.