Elon Musk ha dado marcha atrás. El hombre más rico del mundo ya no quiere comprar Twitter. Así lo comunicaron sus abogados en una carta remitida a la compañía del pajarito. El magnate rescindirá el acuerdo de compra por 44.000 millones de dólares por "incumplimiento material de varias disposiciones" del acuerdo de fusión, pero el 'culebrón' está lejos de finalizar porque los directivos de la red social no se van a quedar de brazos cruzados y recurrirá a los tribunales para forzar al empresario a cumplir su palabra.
Musk se aferra a la falta de transparencia en la información sobre los bots de spam y las cuentas falsas en la plataforma. Según los datos de sus propios análisis, el porcentaje de cuentas falsas es "muy superior al 5%", en contra de lo que revela Twitter en sus informes financieros. "Todos los indicios sugieren que varias de las divulgaciones públicas de Twitter son falsas o materialmente engañosas", indican los representantes legales del magnate.
Por su parte, el consejo de administración de la red social ha declarado en un comunicado que está "comprometido con el cierre de la transacción al precio y en los términos acordados", y que emprenderá acciones legales para hacer cumplir el acuerdo. "Confiamos en prevalecer en el tribunal de equidad de Delaware", anunció el presidente de la tecnológica, Bret Taylor, en referencia al tribunal del estado donde suelen tener su sede las compañías tecnológicas.
Según la mayoría de medios de comunicación estadounidenses, y de juristas especializados, en principio, la red social tendría las de ganar en los juzgados. Los tribunales de Delaware no suelen poner fácil que los empresarios den marcha atrás en sus acuerdos de compra. Tan solo hay un precedente favorable a la postura de Musk, que tuvo lugar en 2017 durante un litigio que enfrentó a dos empresas farmacéuticas, según recoge 'The New York Times'.
Tanto Twitter como Musk se comprometieron en los términos del acuerdo a ser responsables de pagar una tarifa de ruptura -cifrada en 1.000 millones de dólares- si saliera mal por varias razones. Por ejemplo, el empresario podría acogerse a ella en caso de que no consiguiese acceder a la cifra necesaria para completar la compra. Twitter, por su parte, podría salirse del trato si recibiese una oferta económica superior.
Teniendo en cuenta que el procedimiento se prevé largo y costoso no es descartable que Twitter y Musk terminen alcanzando un acuerdo que podría desembocar en la venta de la red social a un precio más económico para el magnate. Lo cierto es que hasta la semana pasada Musk seguía buscando inversores que le apoyasen a la hora de cumplir con el acuerdo económico. Tras el anuncio de ruptura las acciones de Twitter cayeron cerca de un 6%, mientras que las de Tesla subieron alrededor de un 4% .