En las localidades costeras es muy común que una de las actividades ofrecidas o más demandas sea dar un paseo en submarino, especialmente cuando bajo esos mares se encuentra una gran biodiversidad marina digna de ver con nuestros propios ojos, siempre que la respetemos al máximo posible, claro está. Sin embargo, puede que te imagines sumergiéndote en el mar en un submarino amarillo, pero los avances han hecho posible que puedas bajar a las profundidades marinas mimetizándote con el entorno marino, como si fueses una orca que nada como cualquier otra por el océano.
La compañía estadounidense Hammacher Schlemmer es conocida por los diseños que crea, por lo que no es de extrañar que sea la firma responsable del submarino que a simple vista parece una orca real, la Seabreacher Killer Whale, el nombre que le han puesto.
El submarino cuenta con dos plazas en su interior, y no solo es que se sumerja en el mar, sino que se desplaza por el agua de una forma muy similar a la que se mueven las orcas. Tal es su velocidad que puede llegar a alcanzar los 80 kilómetros por hora en la superficie, pudiendo saltar y sumergirse tal y como lo haría el animal. No obstante, bajo el agua su velocidad no es la misma, ya que solo puede llegar a los 40 kilómetros por hora.
El submarino está cubierto por un material acrílico hermético, que cuenta con unas falsas aletas que se pueden mover desde el interior con unas palancas que permiten controlar la dirección de navegación, los giros o zambullirse bajo el mar. Además, cuenta con un sistema de pedales que permite que los ocupantes controlen la velocidad acelerando y frenando, dependiendo de la situación.
En su interior también se encuentra un panel de control en el que se puede ver la velocidad, así como un tacómetro o indicadores de presión de aire y del motor para navegar con toda la información necesaria. Los asientos son de vinilo, con una tapicería de espuma que cuenta con cinturones de seguridad de cuatro puntos para garantizar la seguridad de los tripulantes.
¿Su precio? 90.000 dólares. No solo por su peculiar diseño, también por la sencillez de su manejo frente a otros submarinos muchos más grandes. Eso sí, a la hora de lanzarse al mar, cuidado con acercarse demasiado a la orilla o las costas, no vayas a despertar la histeria de los bañistas.