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El teléfono móvil se ha convertido en una parte indispensable de nuestro día a día. Según los datos del segundo estudio Consumer by Generation presentado por Smartme Analytics en abril de 2022, los españoles pasamos una media de 3 horas y 40 minutos al día con nuestro teléfono móvil, una cifra que, en el caso de los usuarios de entre 18 y 24 años, aumenta hasta las 4 horas y 15 minutos.
Ante esta dependencia, no es de extrañar que una de las preocupaciones que solemos tener cuando vamos a irnos de casa durante horas o salir de viaje sea quedarnos sin batería en nuestro teléfono. Para evitar este incómodo problema, son muchos los que aprovechan los viajes en coches para cargar el teléfono móvil y evitar, así, quedarse incomunicados.
Actualmente, resulta posible cargar estos dispositivos en los vehículos utilizando tan solo un USB, pero esta solución, que a primera vista bien puede resultar cómoda y ventajosa, puede acabar siendo bastante perjudicial para nuestro smartphone.
El motivo es muy sencillo: al cargar el teléfono móvil en el coche, podemos acabar dañando la batería de nuestro smartphone, reduciendo, en el proceso, la vida útil de nuestro dispositivo.
A pesar de que podemos utilizarlos para este propósito, los puertos USB de los vehículos no pueden transmitir energía igual que una toma de corriente tradicional ni están diseñados para cargar teléfonos móviles. Al contrario, más bien están pensados para conectar dispositivos que no requieran demasiada energía, como puede ser, por ejemplo, un reproductor de música.
El conector del coche proporciona, por norma general, menos energía que la que realmente necesita un teléfono móvil moderno para cargarse correctamente. Como resultado, cuando enchufamos este tipo de dispositivos a los automóviles, la carga suele ser extremadamente lenta y, además, no siempre es constante, sino que se interrumpe.
Este proceso de carga puede resultar muy perjudicial para la salud de la batería del teléfono, especialmente si se repite con frecuencia. Tal y como señalan desde la cadena de talleres Feuvert, al ofrecer un amperaje menor que el que realmente necesitan, el teléfono se cargará con lentitud, lo que puede provocar deterioros en la batería y reducir, a largo plazo, la vida útil del dispositivo.
Para evitar estos problemas, los expertos recomiendan que, en la medida de lo posible, no se carguen los teléfonos móviles en los coches y que esperemos a poder conectarlo a una toma de corriente convencional. Además, también aconsejan que se utilice siempre el cargador original, ya que así nos aseguraremos de que la potencia que se le suministra es la adecuada para sus capacidades.
En caso de que realicemos viajes de larga distancia y no queramos sufrir el riesgo de quedarnos sin batería, se recomienda adquirir una batería externa con la que podamos cargar nuestro teléfono móvil. De este modo, evitaremos daños innecesarios.