Las contraseñas son una parte fundamental del mundo de internet. Las necesitamos para prácticamente todo: que si facebook, que si twitter, que si la banca online, que si la cuenta de Amazon. En fin: no se puede vivir sin ellas.
A primera vista, pensar una contraseña puede parecer bastante fácil. Técnicamente, cualquier palabra o combinación de números o caracteres puede servirnos para proteger nuestros distintos perfiles virtuales. Sin embargo, a la hora de la verdad el proceso es mucho más complicado. Las plataformas y redes sociales tienen directrices que los usuarios deben cumplir si quieren crearse una cuenta. Algunas piden que las contraseñas no superen un número concreto de caracteres; otras, que incluyan mayúsculas, números o símbolos especiales, como la coma o el punto y coma; y hay incluso quien lo exige todo: longitud, mayúsculas, números y símbolos. En definitiva, todo un embrollo.
Estas exigencias, que en un principio sirven para aumentar la seguridad del usuario en el vertiginoso mundo virtual, pueden acabar jugando en nuestra contra. En el momento de poner contraseñas, muchos usuarios deciden apostar por combinaciones complejas y carentes de lógica con la creencia de que así serán más difíciles de descifrar y, por tanto, más seguras que una opción más sencilla. Sin embargo, según los expertos, esta manera de pensar es completamente contraproducente, ya que cuanto más compleja sea una combinación, más probabilidades hay de que la olvidemos.
Al menos, eso es lo que defiende Ian Levy, el director técnico del Centro Nacional de Seguridad Cibernética (NCSC, según sus siglas en inglés) de Reino Unido. En un reciente artículo publicado por el periódico británico The Daily Mail, este experto criticó los consejos que suelen dar las plataformas a la hora de crear contraseñas, apuntando que las claves excesivamente complejas que surgen al seguir estas indicaciones suelen ser muy fáciles de olvidar y, por tanto, inútiles.
“Los consejos habituales sobre contraseñas que nos piden que memoricemos múltiples claves complejas son sencillamente absurdos”, sentencia.
Según este experto, para crear una contraseña segura y difícil de descifrar no hace falta hacer malabares con los números y caracteres, sino saber jugar con las combinaciones de palabras. En concreto, Levy recomienda que los usuarios apuesten por contraseñas compuestas por tres palabras con una relación aleatoria, ya que son seguras y mucho más fáciles de recordar que aquellas que mezclan distintos caracteres sin ton ni son.
“Existen muchas buenas razones por las que nos hemos decidido por este enfoque de tres palabras aleatorias”, explica. “Entre ellas, porque nos permite crear contraseñas que son tanto seguras como fáciles de recordar”.
Siguiendo este consejo, Levy defiende que los usuarios serán “mucho menos vulnerables a los ciberdelincuentes”, quienes, según ha indicado, están muy familiarizados con los truquitos que se suelen usar a la hora de decidir una contraseña, como cambiar la letra “o” por un “0”. De hecho, utilizar este tipo de técnicas no aumenta la seguridad de nuestros perfiles, sino justo lo contrario, ya que dan lugar a contraseñas más predecibles.
Por ello, desde la NCSC recomiendan que los usuarios utilicen combinaciones de tres palabras para proteger sus perfiles de internet. De este modo, no solo podrán recordar con mayor facilidad sus claves, sino también protegerse contra las técnicas de descifrado de códigos.
Según un reciente estudio elaborado por los expertos de la página especializada en ciberseguridad Cybernews y publicado en el Día Mundial de la Contraseña, actualmente un buen número de usuarios sigue utilizando contraseñas simples y débiles que incluso un principiante podría descifrar en cuestión de unos segundos. Hablamos de claves como 123456, 123456789, qwerty o password, es decir, de conceptos simples y absolutamente predecibles. Si es tu caso, cambialas de inmediato y crea una nueva siguiendo el método de las tres palabras de la NCSC. Te ayudará a estar más protegido.