Te pones a leer un libro pero te bailan las letras. Miras el móvil y no te da el brazo para alejártelo más. Tienes presbicia. Cerca del 80% de los españoles mayores de 18 años tiene algún problema visual, siendo la presbicia o vista cansada la principal anomalía visual que afecta a los españoles mayores de 45 años. La solución habitual es utilizar unas gafas específicas para ver de cerca o unas graduales, pero ahora el profesor de la Universidad de Murcia y director del Laboratorio de Óptica (LOUM), Pablo Artal, y su equipo, han creado la solución que podría ser definitiva: unas gafas inteligentes contra la presbicia.
Para llegar hasta la conclusión a la que ha llegado Artal hay que entender qué ocurre en el ojo cuando aparece la presbicia. "Habíamos realizado estudios fundamentales sobre las propiedades de enfoque del ojo a distintas edades y confirmado que aunque con la edad se pierde por completo la capacidad de enfoque (lo que se conoce como presbicia o vista cansada), cuando se tienen objetos próximos la pupila del ojo se contrae y se mueve con la misma precisión en los mayores que en los jóvenes. Esta característica es la que planeamos utilizar en las nuevas gafas opto-electrónicas", nos explica el experto.
El sistema tiene tres elementos principales. Unas lentes opto-electrónicas que cambian su potencia óptica con el voltaje aplicado. "Esto permite cambiar de manera rápida el enfoque requerido para cada distancia". Y ahí está la clave. Igual que hace una cámara de fotos del teléfono móvil con el autoenfoque, pero aplicado a unas gafas contra la presbicia.
Después, también lleva incorporadas "unas microcámaras que realizan el seguimiento de las pupilas de los ojos en tiempo real. A partir de esta información se controla el estado de las lentes. El procesado de los datos necesario se realiza en un teléfono móvil. También es posible incorporar un procesador en las propias gafas sin necesidad del uso del teléfono. El sistema permite de manera natural y automática tener enfocados los objetos a cualquier distancia, de una forma similar a como hacemos en la juventud", nos cuenta Artal.
Las gafas progresivas son elementos puramente pasivos. Son lentes con una potencia diferente en distintas zonas. La persona al mirar por diversas partes de la gafa ve enfocados objetos a distintas distancias. Es necesario un cambio de dirección de mirada, normalmente hacia abajo. Además el diseño óptico de las lentes progresivas hace que la calidad de la imagen en algunas zonas sea de baja.
"Nuestra propuesta es radicalmente distinta en el sentido que la lente se adapta a la necesidad visual en cada instante. Podríamos decir que a un progresivo la persona se tiene que adaptar y en nuestras gafas las lentes son las que adaptan a la persona en cada momento y situación", indica Artal. Así, no habría que hacer nada, tan solo mirar a través de estas gafas, sin preocuparse de hacerlo en uno u otro ángulo.
Sin embargo, al margen de que la investigación preliminar vaya avanzada por parte del equipo de Artal, el camino para que estas gafas contra la presbicia lleguen al mercado parece aún bastante largo. Tal y como nos explica el investigador "tenemos varios prototipos actualmente en operación, pero son sistemas aún lejanos de ser comerciales por el coste de los componentes y falta de ergonomía y comodidad de uso", nos dicen. "Es sin duda un camino lleno de dificultades. Necesitamos que la versión comercial sea cómoda y con un precio comparable al de los progresivos que hablábamos antes. Debería ser un producto que fuera útil a muchas personas, no solo a unas pocas que pudieran pagar un precio muy alto. Otro punto importante es el aspecto de las gafas. Deberán ser aceptadas y vistas como normal y a la moda".
Pero el camino, aun largo y complicado, ya se ha comenzado a recorrer. "Estoy seguro que es cuestión de tiempo que esto suceda y nosotros estamos en una buena posición para lograrlo".