¿Alguna vez te has preguntado por qué Windows se llama así? A pesar de que actualmente el nombre ya está completamente integrado en nuestra cultura y, consecuentemente, no nos hace pensar en su traducción literal al español (es decir, ‘Ventanas’), la nomenclatura con la que Microsoft decidió bautizar a su software allá por la década de los 80 fue objeto de polémica en la compañía.
El motivo es sencillo: a los trabajadores no les gustaba. No les gustaba ni un poco, de hecho. Al final, Bill Gates tuvo que intervenir e imponer el nombre de marca que hoy conocemos todos, pero la historia detrás de este bautizo es un poco más larga y comienza con la contratación, en 1982, con la contratación de una persona completamente ajena a la informática: Rowland Hanson, el actual CEO de HMC Company y el antiguo vicepresidente de marketing de Neutrogena, la famosa marca de cremas.
Nos trasladamos momentáneamente a 1981 para dar contexto a nuestra historia. Por aquel entonces, Microsoft, que aún no era el gigante que conocemos hoy en día, había empezado a desarrollar las bases de lo que hoy en día conocemos como Windows.
Originalmente, tal y como señalan desde El Economista, este sistema iba a llamarse Interface Manager y permitiría, entre otros, el control visual de un programa utilizando el ratón o la multitarea mostrando distintas aplicaciones dentro de cuadros repartidos de forma simultánea por la pantalla.
Estos cuadros, en la industria de la época, recibían el nombre de ventanas, mientras que su software se denominaba “sistema de ventanas”. En la época en la que Microsoft decidió lanzarse al sector, muchas otras compañías informáticas estaban desarrollando sus propios “sistemas de ventanas” para ordenador, por lo que Bill Gates y los suyos necesitaban un gancho que pudiese atraer al público.
Es aquí donde entra en juego Rowland Hanson y, ahora sí, viajamos a 1982, año en el que Hanson y Gates se reúnen. En ese momento, Hanson, que trabaja como vicepresidente de marketing en Neurógena, estaba desarrollando su propia empresa y buscaba cambiar de aires. Cuando se enteró de que Microsoft buscaba directivos, al principio se mostró reacio, pero al final no solo accedió a reunirse con Gates, sino que aceptó el puesto que el poderoso magnate le ofreció: Vicepresidente de Comunicación Corporativa.
Desde este nuevo cargo, Hanson revolucionó la estrategia de marketing de la compañía de varias formas. Primero cambió los nombres de sus productos para que apareciese delante el nombre de la marca. Suya es, por tanto, la idea de añadir Microsoft a todos los productos de la compañía, es decir: Microsoft Word, Microsoft Excel, etcétera. Y después bautizó Windows como Windows.
Esta nomenclatura se le ocurrió después de revisar varios artículos y publicaciones en prensas sobre el tema en los que utilizaban términos como “ventanas”, “sistema de ventanas" o "gestor de ventanas”. Tras leerlos, le pareció lógico que el software se llamase directamente “Windows” (“ventanas”, en inglés), y se lo pareció por dos motivos: por un lado, llegaría a los clientes; por otro, permitiría que la compañía se “apropiase” de toda la categoría de productos, ya que cada vez que alguien utilizase el término “windows” haría referencia, indirectamente, a los productos de Microsoft.
El problema vino con los desarrolladores, que preferían mantener el nombre que inicialmente se le iba a dar al software: Interface Manager. Para ellos, Hanson era un infiltrado que no entendía de ordenadores y su nombre, una mala elección. Al final, y tal y como relató en su propio blog, Hanson recurrió a Bill Gates para que los convenciese de que aceptasen el nombre (según sus propias palabras, nadie lo aceptaba). El magnate aceptó, se puso de su parte y el resto ya lo conocemos: Windows es Windows, y solamente Windows.