Increíble, pero cierto. Esta extraña historia de amor entre un hombre y un holograma ha sucedido en Japón y ha durado cuatro años. El romance, con gran repercusión mediática, ha tocado a su fin. El motivo: Gatebox, la empresa de Inteligencia Artificial diseñadora de estos hologramas, ha dejado de actualizar este tipo de productos por su baja demanda. Ahora, ya no hay comunicación posible entre los amates.
Él, Akiko Kondo, estaba atravesando un periodo complicado en su vida en la empresa en la que trabajaba. Ella, Miku Hatsune, era la primera cantante japonesa. Debido a una baja laboral, Kondo se encerró en casa: "Me quedé en mi habitación las 24 horas del día viendo videos de Miku todo el tiempo", ha declarado el Akiko a The Mainichi, una publicación japonesa. "Ella me salvó", ha añadido. Fue entonces cuando surgió el amor y el japonés decidió sellarlo con una boda.
Kondo se comunicaba con su esposa a través de un aparato que proyectaba una imagen de la artista virtual y que permanecía encerrada en un cilindro. Aunque la voz de su esposa se ha apagado, Akiko continúa dándole los buenos días y cenando frente a ella: "Mi amor por Miku no ha cambiado. Celebré la ceremonia de la boda porque pensé que podría estar con ella para siempre", ha confesado. Quizás, vuelvan a reunirse en un futuro, con el metaverso.