El 20% del trabajo estará en manos de robots en cinco años: dónde debe estudiar tu hijo para aprender a hacerlos
Casi la mitad de los empleos de hoy estará en manos máquinas o robots, así que preguntamos a una experta en Robótica qué hacer para trabajar en ese ‘nuevo mundo’
Concha Monje es referente de la investigación española en robótica, miembro del RoboticsLab de la Carlos III
Te será útil si planeas reciclarte laboralmente o si tu hijo/a no sabe muy bien hacia dónde encaminar sus estudios.
Cada tanto, un informe internacional nos recuerda que gran parte de los trabajos que hoy hacemos los harán las máquinas. El último, del Foro Económico Mundial, analiza el escenario empresarial tras la pandemia y sostiene que en cinco años el 47% de los empleos estarán automatizados y parte de ellos, un 20%, en manos de robots, tanto no humanoides (los de la industria, por ejemplo), como humanoides (los de apariencia humana que interactúan con nosotros). Los trabajos que ellos hagan no los haremos las personas, o no por completo, pero los robots son y serán hechos por personas, y eso es lo que aquí queremos contarte. ¿Dónde estudiar lo que se necesita para ponerlos a trabajar?
Empleo cualificado
MÁS
La pandemia acelera la llegada de los robots: estos son los trabajos con más riesgo de desaparecer en cinco años
¿Qué es eso del 5G? Breve guía de aplicaciones para entender lo que supondrá en el día a día
Humanismo digital, gig economy o soft skills: las nuevas 'reglas del juego' que deberán controlar tus hijos
Las múltiples y crecientes aplicaciones de la robótica y su comunicación con otras máquinas hacen que sea un filón laboral cada vez mayor. No se sabe si generará tanto empleo como el que quitará, pero lo que sí se sabe es que será un empleo cualificado que, junto con muchos otros, puede transformar un país.
Si tienes hijos en edad de elegir carrera profesional y están enfocados hacia la rama científico-tecnológica o ya están en ella, te contamos lo necesario para orientarles en este sector con tanto potencial como la Robótica. Se lo hemos preguntado a Concha Monje, referente de la investigación española en Robótica, miembro del RoboticsLab de la Universidad Carlos III de Madrid. Apasionada de lo suyo, su capacidad divulgativa es tal, que uno no pararía nunca de hacerle preguntas.
Educación y talento
"Aquí hay mucho talento", asegura la investigadora. "Pero se ha estigmatizado a todas estas carreras con la etiqueta de que son muy difíciles y de que sólo las estudian los cerebritos". Pero el mundo ha cambiado. "Ahora veo a niños y a niñas hacer lo mismo que hace unos años hacían mis alumnos de 1º de grado", explica. "Son carreras abordables. Hay que esforzarse, claro. Pero son abordables", insiste. Eso sí, "te tiene que gustar la ciencia y tecnología y la resolución de problemas". En ese sentido, Concha llama a las escuelas a preocuparse de que las chicas no huyan de esas disciplinas y de esas aptitudes, y se ocupen de incentivarlas para ellas.
Pero, ¿qué es exactamente un robot?
Aunque estamos rodeados de procesos automatizados dotados de inteligencia artificial (cualquier chat inteligente de atención al cliente, por ejemplo), un robot, para llamarse como tal, debe ser tangible. Es decir: "Tiene un chasis, es móvil y modifica el entorno", explica Monje. En este sentido, puede tener apariencia humanoide o no.
Tanto un coche autónomo como las máquinas que los fabrican en la planta industrial son robots; los drones también lo son. En las explotaciones agrarias, en los puertos, en los centros de distribución logística, en los almacenes, en la medicina, en la cirugía… se trabaja con robots. Hasta hay nanorrobots que pueden circular por el torrente sanguíneo. La presencia de máquinas con 'vida propia' (programada) se extenderá del hogar a la calle, de las oficinas a los restaurantes, de la ciudad al campo.
¿Qué hay que estudiar?
En este sentido, lo primero que hay que tener en cuenta para trazar un itinerario de estudios es que no hay un único modo de dedicarte a 'hacer robots'. En su fabricación y programación confluyen diferentes especialistas: "Hay un diseño mecánico (de las piezas y su software) que hace la ingeniería mecánica", explica Concha. "Hay un movimiento, unos sensores y unos motores que hace la ingeniería electrónica –la que "da vida" al robot–. Hay una arquitectura de control del robot, en manos de la ingeniería informática, y hay una programación de los algoritmos que la electrónica va a ejecutar, en manos de informáticos, matemáticos y físicos". En cualquier caso, “las matemáticas y la física están presentes en todo momento, de manera directa o indirecta".
A todo eso hay que añadir la Inteligencia Artificial aplicada a la Robótica, que es la que se encarga de recoger e interpretar los datos. Y también hay que tener en cuenta la comunicación del robot con otros robots, otras máquinas u otros procesos que pueden estar a miles de kilómetros. Ahí entran ingenieros informáticos, ingenieros Cloud y de Datos, y también de telecomunicaciones.
Y no nos olvidemos de los diseñadores, ni de los expertos en el campo de aplicación de los robots. Como ves, por múltiples vías puedes acabar interviniendo en la vida de un robot y en su desempeño en múltiples ámbitos.
¿Dónde?
Si quieres orientar a tus hijos hacia el desarrollo de la Robótica, ya has visto la cantidad de disciplinas y carreras que tienen futuro en ese terreno. Son grados que ahora mismo hay en casi cualquier universidad española, pero si te interesan las que tienen mayor prestigio científico-tecnológico y, sobre todo, continuidad en máster y doctorado relacionados con Robótica e Inteligencia Artificial, echa un vistazo a las Politécnicas de Cataluña, Madrid y Valencia, a la Carlos III de Madrid, a las universidades de Sevilla, Málaga, País Vasco, Zaragoza, Autónoma de Barcelona y Vic.
Para estudiar Robótica propiamente dicha, de momento la Universidad de Alicante es la única que ofrece un grado específico, aunque es previsible que el curso que viene lo ofrezcan otras. Por el momento encontramos Robótica en combinación con Ingeniería Electrónica y Mecatrónica en la Universidad de Sevilla y la de Málaga.
Sin embargo, con robots no sólo trabajan los ingenieros y los matemáticos. Ellos son quienes los crean. Pero en el control de procesos robotizados también trabajan técnicos superiores de Formación Profesional: de Automatización y Robótica Industrial, de Mecatrónica Industrial, de Sistemas Electroténicos y Automatizados, y de Sistemas Informáticos.
Si tu hijo se ha orientado hacia la FP, el desarrollo de la Robótica también le depara futuro profesional, además de la posibilidad de seguir creciendo académicamente en la universidad.
Másteres top para veteranos
Y si eres tú, upper, el que quiere orientarse a los robots porque ya eres veterano en alguna de las disciplinas citadas, no dejes de echarle un vistazo a los másteres de las universidades que te hemos dicho. La oferta prolifera y se diversifica de año en año. Esto va rápido. El mercado lo necesita.
Si quieres asegurarte el sello de los más prestigiosos internacionalmente, inténtalo en el MIT (Massachussets Institute of Technology), en la Carnegie Mellon de EEUU, o, también, según tu especialidad, en universidades como Michigan, Pennsylvania y Johns Hopkins, Standford, Harvard, Columbia… O en Cambridge, si prefieres Europa.
¿Estamos preparados en España para subirnos a esta ola?
Te formes donde te formes, no te va a faltar trabajo. O eso parecen indicar todos los estudios. El despliegue que la robótica tiene por delante en numerosos ámbitos de la vida le confiere a sus profesionales un futuro prometedor. Lo que le preocupa a Concha es lo contrario: si como país estamos preparados "para afrontar todo el potencial tecnológico que se nos viene encima".
"Si no hay apoyo gubernamental serio, difícilmente podremos afrontar esos retos para estar en cabeza. Dependerá de dónde queremos estar como sociedad, de las políticas de desarrollo tecnológico, de las políticas de educación, de los presupuestos para investigación, de cómo se gestione políticamente el desarrollo industrial", matiza la experta.
Porque, puestos a especializarse en Robótica, no es lo mismo tener un futuro asegurado laboralmente que un futuro prometedor, en el que crecer y mirar lejos. Para eso es preciso dar un salto como sociedad hacia la economía del conocimiento.