En cuestiones de música nadie se lleva a engaño, y los puristas siguen teniendo voz y voto en este debate cuando siguen grabando en vinilo sus mantras. No hay sonido como el de un buen tocadiscos, un aparato que, desde 1970, se ha reinventado muchas veces para seguir colmando las orejas de los amantes de la música. En 2020 sigue en plena forma. Según la Recording Industry Association, los vinilos ya ganan en ventas al CD, una especie en peligro de extinción. Eso sí, la pandemia ha hecho muchísimo daño a la compra física.
Hoy te traemos una selección de bellezas que combinan diseño con un sonido fuera de toda duda.
Un tocadiscos vertical, con un diseño espectacular que imita la madera y el estilo sabor retro. Te vale para tus vinilos o, si lo prefieres, para pinchar tu lista de reproducción MP3.
Un tocadiscos estupendo para los amantes de un diseño puntero que combina la fidelidad del sonido con una particularidad muy especial. Parece que los discos levitan en el aire. Lo llaman ‘plataforma giratoria del futuro’. Sin partes móviles dentro del aparato ni motores que enmascaren el sonido. Verlo es llorar de gusto.
El diseño es distinto al de otras marcas de la misma línea como Sony, con un plinto de metacrilato lacado en rojo y una estética ‘fina’. No desmerece el sonido, equilibrado. La cápsula es bastante buena, una OM10 de Ortofon. La marca es muy conocida por la calidad de su artesanía. No se ve ni un tornillo.
Para novatos que quieran iniciarse sin perder colorido y estética está este modelo de ION. Un diseño moderno y refinado, compacto, para que no ocupe un gran espacio en el salón y se pueda transportar si lo deseas. Sobre todo, con una calidad suficiente en relación al precio que pagas. Ganas un sonido aceptable (no para puristas, desde luego, que eligen aparatos mucho más caros y con diseños más tradicionales) y tu cartera no sufre tanto como para pagar los 900 euros que costaría, por ejemplo, un tocadiscos para pros. Tiene cable para salida RCA y viene con conexión USB para convertir el sonido de tus vinilos en unos y ceros.
Esta marca austríaca no se anda con tonterías y presentan un tocadiscos de diseño minimal precioso con una polea que sale de la estructura. Manual, 35 revoluciones. Chasis en madera prensada. Música pura sin resonancia de ninguna clase, al tener el centro de gravedad justo en la mitad del tocadiscos.
La reproducción del sonido es más que buena en este tocadiscos fabricado con metacrilato con un diseño minimalista delicioso. Eso sí, la cubierta antipolvo se puede quitar, y quizá eso moleste a los puristas del gesto de abrir y cerrar tan característico. Viene con un convertidor de analógico a digital para grabar la música de tus vinilos en una memoria usb o un pendrive, algo que, si no eres de gustos maniáticos, puede hacer tu vida musical bastante más cómoda.
Un tocadiscos de tipo ‘maleta’ portátil con absolutamente todo incluido: altavoces y toma de auriculares. No te dará ni un dolor de cabeza y es una monería estética. Eso sí, tiene mala fama entre los entendidos por la mala calidad de las piezas. A poco que te pongas a buscar opiniones encontrarás más caras agriadas que otra cosa.
Un diseño de lo más interesante el de este altavoz por módulos que en solo 18 días reventó su campaña de Kickstarter. Con mesa giratoria, diseñado por el estudio Arcataliers, se puede desmontar y transportar a cualquier parte. Por lo demás, tiene un sonido muy bueno y uniforme de 360 grados (la bocina gira)
La particularidad es el diseño espectacular, bastante atípico, a medio camino entre lo viejo y lo nuevo. Mantiene la bocina de los viejos fonógrafos de antaño, igualita a la de Edison. Lo combina con todos los gadgets modernos: bluetooth y buena conectividad. Cuenta además con una luz ambiental en la parte baja para que colorees la música que estés escuchando y te relajes.
Lo más alucinante es el holograma que tiene dentro de la carcasa principal, una imagen diminuta del propio aparato.
De nuevo el ojo pasea por un estilo retro o vintage que combina el regusto clásico con las funcionalidades modernas. Nadie se lleva a engaño: un tocadiscos tiene que sonar bien, con un sonido puro, pero también dejarnos disfrutar de ciertas comodidades como poder conectarlo a nuestro móvil o transformar esa vieja música en un archivo de mp3 portátil para llevarla siempre encima. Tiene función de sincronización, varios tipos de conexiones (RCA/SD/USB), brazo automático y tres velocidades. Decorará genial tu rincón de melómano.