¿Te has parado a pensar la cantidad de tiempo que pierdes mirando tus redes sociales o viendo películas y series que no terminan de engancharte? Aunque crea que estás aprovechando tu tiempo de ocio, en realidad estás malgastándolo en cosas que no te aportan nada. Eso al menos es lo que sostiene el profesor Arthur C. Brooks, de la Escuela de Negocios de Harvard, quien ha ideado un truco para dejar de perder el tiempo en cosas que no mejoran nuestra calidad de vida.
Brooks es el autor de la columna How to Build a Life (Cómo construir una vida) para The Atlantic, en la que comparte consejos, respaldados por la investigación, para ser más feliz y productivo. En su último artículo, titulado 'Deja de gastar tiempo en cosas que odias', aconseja a todo aquel que crea que está perdiendo horas en Instagram, Twitter o Facebook que asigne ese tiempo a un valor monetario.
Así, teniendo en cuenta que la media de consumo de tiempo en redes sociales en Estados Unidos es de 142 minutos al día y un salario medio por hora de 29,9 dólares, estarías gastando en torno a 71 dólares en redes sociales por día. Un dinero que podrías ganarlo si empleases ese tiempo en realizar una actividad que tuviese un valor añadido para tu vida.
Con esta forma de mirar el tiempo que se desperdicia al día no significa que pierdas esa cantidad de dinero, sino que, cada vez que realices una actividad sin valor, pienses la cantidad de dinero que podrías ganas si decidieses hacer otra.
Una investigación de 2012 en la Universidad de Toronto hizo calcular a todos los voluntarios que participaron en el estudio su salario por hora y les instó a tener en cuenta esa cifra mientras participaban en actividades de ocio. Los investigadores llegaron a la conclusión de que la gente disfruta menos de las cosas online después de que se les recordara cuánto podrían haber ganado con otra actividad en la misma cantidad de tiempo.
Tampoco se trata de exprimir cada segundo de distracción y ocio que tenemos al día. De lo que se trata es de gestionar los días en función de nuestras prioridades a través de actividades que realmente nos gusten y nos relajen. Para Brooks, desperdiciar la vida es gastar el tiempo en cosas que no valoras.