Pocas son las cosas que un abuelo no haría por sus nietos, más aún en plena era covid. Desde que llegó la pandemia se valora mucho más el pasar tiempo con las personas a las que se quieren, especialmente con los mayores, los grandes castigados por el virus que, en la mayoría de casos, han visto que la soledad se apoderaba de ellos por el confinamiento, las restricciones o el miedo a un posible contagio. Pero el optimismo sigue y nos deja estampas de los más enternecedoras, como el divertido alquiler o soborno de un abuelo a su nieta que se ha hecho viral en Twitter.
Hay épocas en las que visitar a los abuelos no siempre es posible por mucho que se quiera. Los estudios, la universidad y los exámenes en ocasiones roban más tiempo del esperado, pero siempre hay solución. O al menos para Carlos, el abuelo de Rocío, que no ha dudado en hacer unas gestiones para que su nieta se pase más a menudo por casa.
La joven ha compartido con sus seguidores una captura de pantalla de la conversación con su abuelo y el bonito gesto que ha tenido con ella. En la imagen se ve como su abuelo le envía unas fotos de un escritorio con un mensaje claro, si quiere disfrutar de esa mesa para estudiar y así pasar más tiempo con él, tendrá que pagar un precio, y así se lo hizo saber: "En alquiler por día. Tarifa: beso + abrazo", le escribió.
Su nieta, emocionada, sacó una captura de pantalla a la conversación para publicarla en redes, donde comentó que "me compró un escritorio para que estudie tranquila cuando vaya a su casa, mi abuelo es literalmente todo lo que está bien". Bastaron unos pocos minutos desde la publicación para que rápidamente su tweet se volviese viral en redes sociales recibiendo miles de comentarios y 'me gusta' en el post.
Las redes, como no, han caído rendidas ante la proposición de alquiler del abuelo Carlos. "Abrázalo y bésalo todo lo que puedas y déjale los cachetes colorados", escribía una seguidora. Otra recordó un gesto similar que sus abuelos hicieron por ella cuando terminó un curso de uñas, "no tenía mesa de manicura, un día fui al pueblo y me habían acomodado una mesa y unas sillas para que pudiese empezar a trabajar", explicó. Otros, sin embargo, han escrito emocionados sobre la bonita historia por no tener a sus abuelos ya con ellos.