Rocío, su amiga de 84 años en la escalera y una nota en el buzón: "Ella me ayudaría si fuese al revés"
Rocío y Gloria (84 años) se conocieron en el confinamiento: en tiempos complicados, se hizo cargo de sus compras y de pasear a su perrito, Rambo
Ayer, Gloria le dejó una nota en la que le pedía ayuda con un problema tecnológico: le quería pasar una foto de Rambo, pero algo falló
Hablamos con Rocío para que nos cuente más acerca de su relación y de cómo los jóvenes tienen un papel esencial en el derribo de la brecha digital por edad
Uno de los desafíos pendientes de la lucha antiedadista es romper la brecha digital. Es sabido que para muchas personas de edad avanzada sigue siendo complicado entender y sacar el máximo partido posible a las nuevas tecnologías. En el necesario derribo de esa barrera, los jóvenes tienen un papel didáctico crucial. El camino es largo y complicado, pero la predisposición de personas como Rocío Zarzalejos, periodista y coordinadora de Yasss.es, ofrece un atisbo de esperanza. En las últimas horas, Rocío ha publicado una enternecedora historia que tiene como protagonista a su vecina Gloria, de 84 años y que señala cómo todavía queda mucho por hacer.
La periodista recibió una carta de Gloria en su buzón. Al parecer, la mujer quería enviarle una fotografía vía Whatsapp de su perro Rambo. Pero algo falló. "No te llamo para no distraerte de tu 'curro'. Al contactar, me sale una imagen borrosa, con esta nota: 'Descarga fallida. No se puede encontrar este archivo. Pídele a Rocío que lo reenvíe'. A Rocío, aquella nota le tocó el corazón. Y no dudó en bajar a su casa y echarle una mano.
MÁS
Hemos hablado con Rocío para que nos cuente más acerca de la relación con Gloria y nos ofrezca su punto de vista ante este fenómeno, presente en muchas personas de edad avanzada.
Llevan siendo vecinas unos cinco años, el tiempo que Rocío lleva viviendo en su actual piso, en Madrid. Pero no fue hasta la pandemia, tiempo en el que los mayores necesitaron más ayuda, cuando comenzaron a estrechar su relación. "Con la pandemia y el confinamiento me acordé de ella. La veía en los pasillos, vivía sola, y pensé que con todo esto de no poder salir iba a necesitar ayuda. Cuando comenzó el confinamiento bajé hasta el bajo a ofrecerle mi ayuda", cuenta a Uppers.
Rocío paseaba a su perrito, Rambo, un chihuahua, y también se encargaba de ir a hacerle la compra. En aquellos tiempos difíciles y extraños, tener una compañera ocasional le permitió abstraerse de la nostalgia y el deseo de calor humano. "Yo también pasé el confinamiento sola, así que me sirvió mucho para hablar con alguien". Rambo fue una vía de escape clave en todo ese tiempo de soledad. "Pasear a su perro también me sirvió de mucho para poder salir a la calle. Más allá de la compra no se podía salir, y vivo en un piso interior en el que mis ventanas dan a patios interiores", explica.
Gloria recibió un smartphone las pasadas navidades, regalo de sus hermanas. Antes, utilizaba el típico móvil que permite mensajes de texto y llamadas telefónicas. Con la llegada de las nuevas tecnologías, un horizonte de posibilidades se abrió ante ella. También de dificultades. "A raíz de su paso a las nuevas tecnologías la he empezado a ayudar más", dice Rocío.
"Soy de las que piensan que hay que ayudar a los mayores con todo", concede. No solo en las nuevas tecnologías; en todos los ámbitos. "Si fuese al revés, ellos serían los primeros en ayudarnos. Nosotros no dejamos de ser nativos digitales y, aunque a veces se nos haga un poco pesado, hay que tener paciencia y ayudarles".
El horizonte de posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías es infinito. Ahí reside la importancia de personas como Rocío. "Lo bonito de la tecnología es que sea cosa de todos. Te posibilita comunicarte; si a ellos no les ayudas y no se lo explicas, les estás negando una parte importante", lamenta. "Hay que intentar que las tecnologías sean accesibles a todos, especialmente la gente mayor como mi vecina Gloria. Para ella, el Whatsapp es una ventana para comunicarse con sus hermanas y amigas y con el mundo".
¡Por más Glorias y Rocíos!