Borja, de 48 años, acaba de cumplir uno de sus sueños: sacarse el título de patrón de barco. El confinamiento, la necesidad de salir y, sobre todo, seguir con el legado de su padre, han sido los motivos fundamentales para dar el paso y lanzarse a la mar (o al pantano, de momento). Como él, muchos más. Fernando, de 50, e instructor en la academia Cenáutica, nos cuenta el aumento de alumnos que han tenido en los últimos meses y todo lo necesario para acabar titulado.
En 2019 se expidieron en España 2.609 licencias de Patrón de embarcaciones de recreo (PER) y 799 de Patrón para navegación básica (PNB), dos de las más concurridas por quienes quieren empezar en este mundillo. 2020, con la pandemia, supuso un bajón en el número de licencias, quedando en 899 para el PER y 235 para el PNB (hasta el 30 de septiembre). Sin embargo, la sensación que tiene Fernando es que la gente, después del confinamiento, se ha animado más a titularse. Y con un perfil muy marcado.
"La mayoría de mis alumnos se lanza a los 45 - 50 años. Tienen esa ilusión y encuentran una oportunidad de poder sacárselo y se lanzan a ello. En el momento que tienen un hueco en la vida, que se estabilizan, ya ven que se pueden hacer cosas nuevas, aprender. La gente a partir de los 25 es porque alquilan en grupo, y la gente más joven, de 18 años, es porque los padres tienen barco. En el momento en el que los padres tienen barco, casi es automático", nos comenta al teléfono.
Fernando, además, dio un golpe de timón en su vida cuando, en 2008, decidió enfocarse a la enseñanza de los secretos de la náutica: "Trabajaba en temas de informática y cuando llegó la crisis de 2008 me lo replanteé todo. Me saqué el título de patrón y luego seguí avanzando poco a poco. En 2009 salió el título profesional y como estaba dudando dije de intentar compaginarlo. Empecé a trabajar en Marbella con viajes chárter y pesca deportiva, luego ya me enganché y seguí sacándome títulos y con la formación. Así llevo ya seis años dando clases. Ahora no me planteo volver a una oficina. La profesión me gusta y me gusta lo que estoy haciendo", confiesa.
Uno de sus últimos alumnos ha sido Borja. Su historia viene de familia. "Era mi sueño desde que veía a mi padre y navegaba con él, pero terminó vendiendo el barco. Aun así, el gusanillo de la navegación quedó impregnada en su hijo que ahora, con 48 años, ha decidido dar un paso al frente y sacarse el PNB, que es hasta los 8 metros de eslora. "El examen práctico es muy fácil, y lo único que en el teórico sí que hay que estudiar un poco más en el capítulo de luces, sonidos... hay que echarle unas horas", nos cuenta.
Esa sencillez que aboga Borja a la hora de hacer los exámenes es la que, precisamente le ha hecho estar un poco arrepentido por no haber optado a un título con mayores prestaciones como el PER, que habilita para el gobierno de embarcaciones de recreo de hasta 15 metros de eslora. "Eso sí, también me saqué la habilitación a vela en Alicante practicando las trasluchadas, los cambios de rumbo, y todo genial. Hay que tener un poco de destreza, eso sí".
Para sacarse el título de Patrón de Embarcaciones de Recreo (PER), "desde que se apuntan en la academia hasta que le dan todos los papeles, en seis semanas debería estar preparado para aprobar el examen teórico. Luego tiene que hacer prácticas, que en un fin de semana lo puede hacer. En dos meses motivados y si van cogiendo las prácticas anticipadamente lo pueden tener listo para salir a navegar con la familia", nos comenta Fernando.
En cuanto a las asignaturas, "se dan materias como nomenclaturas, que es bastante extensa y la gente que empieza de cero le cuesta un poco, luego temas de fondeo, maniobras, reglamento de cómo se cruzan los barcos, cómo se tienen que dar prioridades, apartar unos de otros, y luego está el tema de balizamiento para reconocer las marcas y poder maniobrar adecuadamente y llegar al destino con seguridad", explica el instructor.
Respecto a los precios, desde Cenáutica nos dan los aproximados: "la licencia de navegación, 160 euros, el PNB 450 y el PER 650". Un dinero que parece asequible para aquellas personas que, como Borja, quieren disfrutar de los suyos y del placer de navegar por navegar. "De momento no he salido al mar, solo por el Pantano de San Juan (Madrid). Salí con mi mujer y mis hijos y es una tarde distinta porque paras, te bañas, puedes merendar algo... pasarlo en familia está muy bien".