¿Por qué participa Israel en Eurovisión si no está dentro de la Unión Europea? ¿Y Azerbaiyán? ¿Por qué estaba también Australia aunque la eliminar en las semifinales? Son preguntas que te puedes hacer mientras estás viendo el concurso más famoso de música a nivel europeo y prácticamente mundial. Y es que desde nuestra Conchita Bautista en 1961 hasta Blas Cantó en esta edición de 2021 el Festival ha evolucionado y ha abierto sus fronteras. Te contamos esta y otras anécdotas que quizás no sabías.
Es una de las preguntas más lógicas que te puedes estar haciendo en este momento. Si el país hebreo no pertenece a Europa, ¿qué hace en Eurovisión? Lo mismo ocurre con Azerbaiyán, que también está en la final, o con Australia, que este año no ha conseguido clasificarse.
La razón hay que encontrarla en el propio origen del Festival. Este no aglutina a los países europeos, sino a los que pertenecen a la Unión Europea de Radiodifusión (UER). Esta es una organización enfocada a compartir contenido audiovisual entre las cadenas de televisión públicas de los países que la componen.
Actualmente, la UER tiene 69 miembros que representan a 115 organizaciones audiovisuales en 56 países de Europa, la cuenca Mediterránea y Asia Occidental, entre los que se encuentran Israel o Azerbaiyán, pero también otros como Argelia, Egipto, Líbano o Libia.
Además, la UER también cuenta con 34 miembros asociados, entre los que están Australia (que es invitada al Festival y decide participar), Malasia, Kazajstán, Estados Unidos, India o Hong Kong, entre otros.
A pesar de los malos resultados de España, nuestro país siempre está en la siguiente edición. Da igual quedar en los últimos puestos, porque tenemos carta blanca para continuar sin tener que pasar los cortes de las semifinales.
Esto ocurre porque España está dentro del denominado 'big five' formado por Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y España. Son los países que mayor contribución económica aportan dentro del a UER y, por eso, tienen la condición de intocables.
Que Eurovisión es un crisol de nacionalidades, idiomas y culturas es algo indiscutible, pero es que, además, a los españoles también nos ha servido para, en parte, aprender idiomas. Uno de los idiomas oficiales de la UER es es francés, por lo que los jurados pueden hablar en este idioma si así lo desean.
A la hora de dar las votaciones, se hizo muy popular lo que aquí entendimos como "guayominí, di puán", que no era otra cosa sino "Royaume Uni, dix points" ("Reino Unido, diez puntos", en francés).
Es de sobra conocido que Massiel fue quien cantó el ya famoso 'La, la, la' que nos aupó por primera vez como ganadores del Festival en 1968, pero la historia oculta de este éxito viene de un rechazo, el del cantautor Joan Manuel Serrat, quien se negó a cantar la canción si no era en su lengua materna, el catalán. La dictadura franquista se lo impidió y fue finalmente Massiel quien interpretó, en castellano, y con gran éxito, la tonada compuesta por el Dúo Dinámico y que repite 'la' 138 veces.
Otra de las anécdotas que nos ha dejado la historia de Eurovisión ocurrió en 1979 en Jerusalén, cuando España se autoboicoteó a sí misma. Rozamos la victoria con Betty Missiego, que ganando durante toda la votación, pero en la última ronda, donde aventajábamos a Israel por un punto, España anunció que había dado los 10 puntos al país hebreo, así que nos quedamos sin la victoria final.
Una de las imágenes más típicas del festival de Eurovisión es la de ver a las familias, en casa, intentando adivinar quién va a votar a quién. Es casi una noche de geopolítica musical. ¿Portugal votará a España por ser vecinos? ¿Los franceses? Los alemanes nunca nos votan, que estamos muy lejos. Y así.
Lo cierto es que hasta hace unos años, el televoto era la única manera que había para determinar el ganador de Eurovisión, por lo que los ciudadanos tenían todo el poder. Ahora hay también un jurado musical que valora las actuaciones y es la nota que da la representante de cada país (en el nuestro, Nieves Álvarez). Al finalizar esta fase se suman las votaciones populares para saber quién gana.