El poeta y dramaturgo Antonio Gala ha muerto a los 92 años de edad, tal y como ha comunicado la familia en la mañana de este triste 28 de mayo. El escritor llevaba años luchando contra un agresivo cáncer de colon y, finalmente, ha fallecido en el convento de Córdoba en el que vivía alejado de la vida pública. El mundo de la cultura le rinde hoy pleitesía y Uppers recuerda cómo se forjó la novela que sacudió a toda una generación:
"Antonio Gala realizó ayer en Estambul una original presentación de su segunda novela, La pasión turca (Planeta), que calificó como "una obra sobre el amor llevado a sus últimas consecuencias, una reflexión sobre el deterioro del amor". La presentación merece el calificativo de original por la ciudad elegida y porque consistió en un largo paseo por un Estambul gris e invernal en el que Gala mostró a un grupo de informadores españoles los escenarios de su novela". El periodista Xavier Moret comenzaba así en El País la crónica de la presentación de una novela que hoy, casi 30 años después, bate varios récords.
El primero de ellos tiene que ver con la propia presentación. "Fue la primera vez que una editorial española presentaba un libro con el autor en los lugares en los que transcurría la trama", explica Ana Gavin, directora del Departamento de Relaciones Editoriales del Grupo Planeta y directora general de la Fundación José Manuel Lara. En el invierno de 1993 un grupo de más de 20 periodistas de agencias, radio, prensa escrita y televisión fueron hasta Estambul acompañados por un cicerone de lujo: el propio Antonio Gala.
El escritor conocía perfectamente la ciudad e incluso viajó días antes para repasar todo el recorrido. Fue más que un guía: el anfitrión de una experiencia que aún hoy es recordada. "A veces nos vemos algunos de los que fuimos al viaje y todavía nos reímos de algunas anécdotas", afirma Gavin. "Imagínate llegar al aeropuerto de Estambul cargados de cámaras, hablando un inglés malo (el de los policías era peor) intentando explicar nuestro objetivo. El consulado de España estaba avisado de nuestra visita, pero aquel momento fue tremendo", explica.
Las dificultades técnicas también se dejaron notar. "Ahora todo se soluciona con un móvil, pero entonces era más complicado. El periodista de EFE, por ejemplo, tuvo que montar el cuarto de revelado en la habitación del hotel y los reporteros de televisión tuvieron que ir a la delegación de Eurovisión para poder traspasar la señal de sus cámaras”, afirma Ana Gavin, quien, al margen de estos inconvenientes, disfrutó junto a todo el grupo de una experiencia inolvidable: "nos alojamos en el Pera Palace, el hotel que aparece en algunas novelas de Agatha Christie, y fue una presentación muy relajada", asegura esta periodista y editora.
'La pasión turca' fue uno de los grandes best-sellers de la editorial Planeta. Publicada en 1993, se vendieron más de 500.000 ejemplares en los dos primeros años, algo insólito para una segunda novela. "La primera de Antonio Gala había sido 'El manuscrito carmesí', que había ganado el Planeta del año anterior. 'La pasión turca' fue nuestra gran apuesta de la temporada. Tenía un punto erótico que le hizo muy popular", explica Ana Gavin.
Había razones para que la expectativa se convirtiera en realidad. "Tuvo un gran éxito un poco por todo, por la figura del autor, de Antonio Gala, que entonces estaba en la cresta de la ola. Era un autor teatral muy conocido, los espectadores hacían cola para ver sus obras. La trama erótica y el morbo también tuvieron que ver, sobre todo entre las mujeres, las que más leyeron la novela", explica esta profesional. La ubicación de la trama principal en Estambul también jugó a favor. "Es un emplazamiento exótico pero, entonces, con la suficiente libertad como para que convivieran los dos mundos. La novela no habría podido tener lugar en El Cairo, por ejemplo", afirma Gavin. En su opinión, el contraste entre Oriente y Occidente es uno de los puntos más atractivos de la obra.
Con el éxito de la novela pronto llegó la venta de derechos para su adaptación cinematográfica. Vicente Aranda se hizo cargo de la dirección del proyecto y escogió para interpretar a Desideria a Ana Belén, oficialmente, según varios rankings consecutivos, la mujer más deseada en la España de aquellos años. El actor francés Georges Corraface fue el encargado de interpretar al exótico Yaman y Ramón Madaula encarnó al convencional marido de Desideria. La película fue un taquillazo y logró el Goya a la Mejor Dirección de Producción y a la Mejor Música Original. Nuestro país vivía entonces en la resaca de la Olimpiadas del 92, la Expo y los primeros gobiernos de Felipe González. El milagro español se cocía a fuego rápido y la sociedad apuraba, también rápidamente, los primeros sorbos de la pócima milagrosa.
Antonio Gala disfrutó del éxito de la cinta con serenidad. "Le pareció muy bien tanto la película como la elección de Ana Belén como Desideria", explica Ana Gavin. "Siempre ha sido muy respetuoso con todas las adaptaciones de su obra y ha dejado plena libertad. En ese sentido ha sido muy 'marketiniano'. Tenía claro que las adaptaciones iban a servir para promocionar sus obras y para alcanzar aún más popularidad", concluye Gavin mientras recuerda algunas experiencias vividas con Gala: "a su alrededor se desataba un auténtico fenómeno fan. La gente, al igual que ocurría con Terenci Moix, quería conocerlos, palparlos".
Autor teatral, articulista, imprescindible en cualquier debate televisivo, 'opinion-maker' y sin miedo a la política. Se posicionó sin ambages contra el ingreso de España en la OTAN y no se evadió ante ningún tema, por polémico que fuera. Sus famosas 'Charlas con Troylo' (su perro) en la última página de El País Semanal así lo acreditan. "Cuando salía en televisión, hacía pico de audiencia. Tenía una personalidad arrolladora, comprometida, muy política…", señala Ana Gavin.
Gala cumple este 2 de octubre 90 años. Ha escrito más de 20 piezas de teatro, cuatro libros de poemas, más de 20 obras narrativas, cientos de artículos periodísticos en El País y El Mundo, guiones de televisión y su libro de memorias, titulado 'Ahora hablaré de mí'. Ha recibido el reconocimiento de la crítica, del público y de la sociedad en su conjunto a través de numerosas distinciones, como son el doctorado Honoris Causa por la Universidad de Córdoba, la ciudad en la que reside, o la Medalla de Castilla-La Mancha, la comunidad en la que nació.
Ana Gavin es posiblemente una de las personas que mejor saben cómo está el escritor. Según explica, está bien y su principal ilusión es la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores, un proyecto surgido a imagen de la Academia griega que pretende apoyar el talento de escritores, pintores, escultores, músicos y cineastas mediante la concesión de becas de un año de duración. La Fundación, ubicada en un antiguo convento de Córdoba, impone como condición indispensable la convivencia de los artistas. Algunos premios Adonais y Loewe de poesía han pasado por sus dependencias. En una de ellas vive ahora Antonio Gala. Desde allí acudirá al recital de música y poesía con el que la Fundación celebrará el aniversario de su mecenas.