Incendio en una residencia de mayores: qué medidas antifuego debe tener la de tus padres

  • Durante la pasada noche se ha producido un incendio en una residencia de mayores en la que ya hay seis fallecidos

  • ¿Cuáles son las medidas contra los incendios que deben tener estos centros?

  • Según la legislación cuentan con la misma denominación que los hospitales al contar con hospitalización las 24 horas

Hoy nos despertamos con una noticia trágica tras conocer el fallecimiento de al menos seis personas debido a un incendio en su residencia de mayores en la localidad valenciana de Moncada que, por el momento, todo apunta a que ha sido provocado tras el cortocircuito de un equipo de oxígeno en una habitación donde dormían dos personas, según las primeras cábalas. Otros tantos residentes han resultado heridos, teniendo varios de ellos que ser hospitalizados, algunos en estado muy grave.

Según relatan, el fuego y el humo se propagó rápidamente, siendo un momento de gran angustia para los mayores y también para los bomberos y la policía, ya que debido a que muchos de los ancianos tienen problemas de movilidad se ha complicado la operación dado a que tenían que ser rescatados en silla de ruedas. El ayuntamiento de Moncada, situado a pocos metros de la residencia, ya ha decretado tres días de luto oficial por la tragedia.

No es la primera vez que ocurre en una residencia, hace poco más de un año ocurría algo parecido en un centro de Sevilla que acababa con una fallecida y más de una veintena de hospitalizados. Ya entonces se puso sobre la mesa que las residencias de mayores son lugares vulnerables en caso de incendio porque muchos de las personas tienen movilidad reducida u otras enfermedades cognitivas. Obviamente cuentan con una legislación para estos casos, ¿pero es suficiente? ¿Qué refuerzos se piden?

Lo que dice la legislación

Tal y como marca el Código Técnico de la Edificación (CTE) las residencias de mayores cuentan con el mismo uso que un hospital bajo la denominación de 'uso hospitalario', que se aplica en todas las edificaciones asistenciales sanitarias en las que haya hospitalización las 24 horas con pacientes que mayoritariamente no pueden hacerse cargo de sí mismos.

El CTE recalca entre sus principales medidas:

  • Extintores portátiles: se dispondrán extintores en número suficiente para que el recorrido real en cada planta hasta un extintor no supere los 15 m. Cada uno de los extintores tendrá una eficacia como mínimo 21A-113B. En zondas de Riesgo Especial Alto, de más de 500 metros cuadrados, un extintor de carro de 25 kg.
  • Columna seca: cuando la altura sea mayor de 15 m.
  • Boca de incendio Equipada (BIE): en todo caso BIE 25 mm. En los lugares de riesgo especial alto, BIE de 45 mm.
  • Instalación de detección y alarma: se dispondrán pulsadores manuales de alarma en los pasillos, zonas de circulación, zonas de tratamiento intensivo y en locales de riesgo alto. Se dispondrán detectores de humo en las zonas de hospitalización. Se dispondrán detectores adecuados al riesgo en toda zona de riesgo alto. Cuando el edificio tenga más de 100 camas deberá contar con comunicación telefónica directa con bomberos.

Entre otras medidas más concretas deben existir buenas condiciones para la accesibilidad al edificio por parte de los servicios de incendios, así como un hidratante exterior en los centros cuya superficie total construida sea superior a 2000 metros cuadrados. No obstante, también se recuerda que el mantenimiento de los equipos es fundamental para que, en caso de ser necesario su uso, sean eficaces.

Los refuerzos que se piden

Con todo, algunas asociaciones y expertos piden un refuerzo de las medidas para estos centros más allá de la legislación vigente. Entre las propuestas está la creación de zonas completamente seguras en cada planta donde el fuego sea incapaz de llegar en caso de provocarse, así como la habilitación de áreas de evacuación segura.

A ello también piden ignifugar los diferentes materiales que puedan provocar o avivar un incendio, como las alfombras o las cortinas. Además, se pide el refuerzo de los sistemas de seguridad frente a incendios más allá de los legislados, como la instalación detectores en fase temprana de fuego o rociadores automáticos de agua.