Prácticamente extinguidas las posibilidades de una guerra mundial, los grandes retos de la humanidad de nuestro siglo tienen más que ver con la salud que con las balas. Y en esa forma de afrontar los problemas que vendrán, el cáncer es una de las mayores amenazas que existen. En nuestro país se estima que, en 2021, se diagnosticaron 276.239, según cifras de la Sociedad Española de Oncología Médica. Toda ayuda es poca, en cualquiera de sus fórmulas. Por ello, es motivo de reconocimiento que las personas busquen vías originales para aportar su granito de arena. Y eso es precisamente lo que ha logrado Chris Porsz, un fotógrafo británico que, a través de su obra artística, está ayudando en la lucha contra el cáncer de mama.
Desde la década de los 80, este fotógrafo se ha dedicado a capturar el costumbrismo callejero de la ciudad de Peterborough, en el Reino Unido. Vecinos, trabajadores de diferentes ámbitos, estanqueros, personas sin techo, amigos; cualquier ente -humano o material, aunque fundamentalmente humano- susceptible de aportar valor o cargar con una historia detrás se convirtió en 'presa' de su objetivo. Cuando quiso darse cuenta, tenía más de 100 instantáneas de la ciudad. Fue así como nació su primer libro-álbum, Reunions, que tuvo una gran aceptación en el público.
Unas décadas más tarde, cuando parecía que su trabajo había finalizado en Peterborough, una localidad enmarcada en el condado de Cambridgeshire, Inglaterra, a Porsz se le volvió a encender la bombilla. Su primer álbum había radiografiado el municipio en la década de los años 80. Pero, ¿qué había ido ocurriendo allí? ¿Cómo había evolucionado la sociedad de Peterborough? ¿Seguían allí los protagonistas de sus retratos? Las preguntas se sucedían y solo había una forma de despejar las dudas: hacer una versión '2.0' de su Reunions.
Y así fue como nació Reunions 2, una revisión de su primer trabajo que buscaba actualizar el estado de la ciudad, tanto de sus conciudadanos como de los edificios y plazas más emblemáticas. Todo un trabajo de sociología. "Chris se ha pasado los últimos años rastreando a muchos de los asombrosos personajes que aparecieron en sus primeros trabajos y fotografiándolos nuevamente, a menudo en el mismo lugar. Esta colección única es el resultado de un trabajo de detective tenaz, una planificación meticulosa y, a menudo, coincidencias increíbles”, relata la página web oficial del autor. El resultado es "una colección de historias de vida y un valioso registro social de una ciudad en constante cambio".
Esta vez, el fotógrafo ha decidido que una parte de los beneficios de la colección que ha sacado recientemente se dirijan directamente a la lucha contra el cáncer de mama. Una de las razones es la vinculación profesional que tiene el fotógrafo con el mundo hospitalario: según cuenta el diario La Vanguardia, Porsz fue sanitario antes que fotógrafo. Capturar imágenes era solo un hobby, pero pronto se convirtió en una forma de transmitir que, a tenor de los resultados, podría considerarse ya como su actividad profesional.