El formato pódcast se ha convertido en la revelación de los últimos años. Es raro el comunicador que no se ha lanzado, como mínimo, a colaborar o a visitar alguno de ellos. Los hay de todo tipo y de todos los ámbitos, solo hay que indagar un poco para dar con el tuyo. Andreu Buenafuente o Ángel Martín están en la lista de los más escuchados junto a programas de la radio de siempre u otros creados para plataformas, como 'XRey', que en sus dos temporadas analiza al rey emérito, Juan Carlos I, y al rey actual, Felipe VI, o 'Geopolítica Pop', que analiza como todo lo que nos rodea, desde los dibujos animados de siempre o la gastronomía, forman parte de la batalla política internacional. ¿Pero y si fueras uno de ellos y te lanzases a crear tu propio pódcast?
Al igual que hay pódcast para todos, también cualquiera puede lanzarse a la aventura de crear su propio programa e ir generar poco a poco una comunidad en torno a un tema. Pero no todo es tan fácil como tirarse al vacío y crear tu pódcast, ni para el millennial ni para ti a los 50, hay que tener en cuenta muchas cosas antes de empezar y, una vez decidido, otras tantas.
Lo primero, después de decidirte, es definir un tema central. De qué vas a hablar en el pódcast, qué formato quieres hacer, decidirte sobre una temática concreta, el tono del programa… Es clave enfocar bien el programa para que sea identificado por los oyentes. Esto no quiere decir que tengas que decantarte por hablar siempre de lo mismo, pero sí mantener cierto orden y no mezclar diferentes ideas en un episodio, sino centrar cada capítulo en una para que no se convierta en un batiburrillo.
Con un formato medianamente definido, debes valorar la periodicidad en la que lanzarás cada nuevo episodio. Qué día salen, si saldrá uno a la semana, será mensual, cada 14 días… y ya que, también establecer, más o menos, cuál es la duración media que pretendes tener en cada capítulo. Eso no quiere decir que, si estableces 30 minutos, en uno puedas pasarte y tener un programa de 40 minutos y en otro quedarte corto y que sea solo de 25. Pero es importante que sea reconocible una duración media.
Volviendo a la periodicidad, debes saber si es viable la que eliges con los contenidos que vas a ofrecer. Por ello, es importante tener un calendario de contenidos previo con los programas, unos más concretos y otros más genéricos e incluso atemporales que puedas saltarte. Así, sabiendo de qué vas a hablar, si habrán o no invitados o entrevistados, puedes deducir si la periodicidad planteada la podrás llevar a cabo o no. Y dependiendo del tema, debes tener en cuenta ciertas fechas que puedan venirte bien para tratar en el pódcast, así como las semanas que te darás de descanso en temporadas estivales.
Y relacionado con esto anterior está el número de personas que van a participar en el pódcast. Es decir, si lo vas a copresentar con otra persona, si habrá colaboradores puntuales o si en cada episodio traerás un invitado al que entrevistar. En todos esos casos lo que está claro es que habrá que cuadrar agendas, lo que repercute en las grabaciones y en la publicación posterior del programa.
Con todo esto medianamente organizado, que no es poco, puede que se nos olvide algo clave para nuestra marca en el mundo pódcast ahora que nos vamos a lanzar: el nombre, nuestra marca. Así lo recuerda el experto en tecnología Javier Lacort en un hilo de Twitter donde cuenta lo necesario, precisamente, para crear un pódcast después de su propia experiencia. ¿Su recomendación? "Un nombre corto y memorable" y de entre 2 y 4 sílabas.
Y más allá del nombre, tienes que pensar un logo o una portada con sentido. Recuerda que eres nuevo en esto y tampoco hace falta que hagas una maravilla, ya habrá tiempo de cambiar cuando cojas experiencia o la cosa comience a ir bien y puedas recurrir a un diseñador. Por el momento, con herramientas como Canva se pueden hacer trabajos más que decentes.
Con todo lo anterior organizado, lo mejor para cada episodio es tener un guion preparado. O bien una escaleta que marque el camino del programa y dé espacio a la improvisación, que siempre aporta más cercanía y el oyente tiende a empatizar más, o bien un guion cerrado que ir recitando al completo, más frecuente si eres el único protagonista del programa.
Ahora hay que empezar con la parte verdaderamente práctica, hacerse con un micrófono medianamente adecuado y que ofrezca luego un buen sonido para tus oyentes. ¿Cómo grabar? Si es presencial con los micros basta y, en caso de que haya más personas, no hace falta reunirse, al menos físicamente, ya que por Discord o Skype, entre otras herramientas, se puede hacer el programa y grabarlo.
Para grabar o editar ya es otra cosa y necesitas herramientas para poder generar un buen programa. Entre ellos son ideales para principiantes Anchor o Audacity. Lo cierto es que con esto ya tendrías tu pódcast preparado, solo queda subirlo a Spotify, SoundCloud o iVoox, las principales plataformas donde se agrupan muchos de los pódcast que ya escuchas.
Empezar no es fácil, por lo que no tendrás éxito desde un inicio, o sí, quién sabe. Márcate tus propios objetivos, pero recuerda que, si quieres que te escuchen, debes moverte y difundir tu trabajo en las redes sociales, teniendo la picardía hacerlo entre el que puede ser tu público objetivo para captar oyentes que se queden para los próximos programas. Eso sí, aprovecha todas las oportunidades, por ejemplo, muchos programas llegan a más gente porque se combinan con el vídeo y es más sencillo que se haga viral en Instagram o Tik Tok. ¿Lo tienes ya todo listo para comenzar tu aventura en las ondas?