La fregona es un invento español que le ha salvado las rodillas a millones de mujeres, más que nada porque, cuando Manuel Jalón la patentó en 1964 junto a un cubo con escurridor, de las tareas de limpieza se ocupaban ellas. Este ingeniero aeronáutico y oficial del Ejército del Aire de nuestro país dio con la clave para evitar agacharse a la hora de limpiar el suelo y probablemente también dejó por escrito cómo mantener impecable su invento tras cada uso. Desde Uppers vamos a explicar cómo limpiar y desinfectar una fregona; a pesar de estar en contacto con limpiadores continuamente la suciedad que elimina se impregna en sus fibras.
Nielsen, especializada en la medición de lo que los consumidores ven y compran, apunta que la fregona está presente en el 97% de los hogares, un porcentaje que no alcanzan productos ya básicos como la televisión o el teléfono. Esto significa que todo el mundo tiene una fregona en su casa.
A la hora de usarla podemos optar por dos opciones: tirarla después de cada tres o cuatro fregadas porque ya estará muy sucia o dedicar un poco de tiempo a limpiarla y a desinfectarla. En Uppers apostamos por esta segunda opción de mantener los productos en buen estado para comprar solo lo necesario y avanzar un pasito más en la protección del planeta.
Igual que se aclara la bayeta tras limpiar una encimera de la cocina, lo mismo hay que hacer con la fregona. Con una buena limpieza y desinfección se prolonga la vida del utensilio y se evita ese desagradable olor que desprende el tejido húmedo cuando está sucio provocado por la mezcla de la suciedad y los productos de limpieza.
Además, una fregona solo es eficaz si ella misma está limpia. Fregar un suelo con ella cuando huele mal y ya ha acumulado la suciedad de las fregadas anteriores es contraproducente. En vez de eliminar las manchas y el polvo del suelo, irá depositando sobre esa superficie, que creemos que estamos limpiando, su suciedad e incluso su olor a humedad y a sucio. El esfuerzo habrá sido en vano con un resultado que será un desastre.
Estos son los pasos para limpiar la fregona independientemente de que sea de tela o de microfibra:
Tras cada uso habría que limpiar bien la fregona siguiendo estas indicaciones, pero la falta de tiempo manda, así que por lo menos seguir el proceso dos veces a la semana.
Por otra parte, lo adecuado es destinar una fregona al baño y a la cocina, cuyos suelos requieren una limpieza más profunda e intensa, y otra fregona distinta para el resto de las estancias como el pasillo, los dormitorios y el salón. Además, al terminar de fregar es necesario tirar el agua con el detergente utilizado al wáter, aclarar bien la fregona en el cubo con agua limpia, escurrirla totalmente y dejar que se seque hasta el día siguiente.