Durante una entrevista a Abigail Hopkins, la única hija de Anthony Hopkins, ella culpabilizó a su padre de muchos de los traumas y problemas que había sufrido e incluso empleó la frase “me destruyó”. En Uppers hemos querido saber cómo es Abigail, la desconocida hija de Anthony Hopkins con la que no tiene contacto y por qué hizo esas declaraciones.
Lo cierto es que Abigail Hopkins, que el 20 de agosto próximo cumplirá 56 años, ha dedicado su vida a las artes, a la música, a la fotografía, al cine y al teatro aunque todavía no ha llegado profesionalmente tan alto como su padre Anthony Hopkins, lleva preparándose y estudiando toda su vida. Tal como detalla la propia web de presentación de la desconocida Abigail, ahora está terminando de pulir su próximo disco y es profesora de interpretación, se dedica a impartir clases y talleres. En enero pasado publicó en su cuenta de Instagram un post informando de que había obtenido la Maestría en graduación cinematográfica por la Universidad del Este de Londres y lo ilustró con una fotografía suya ataviada con el birrete, la toga y la banda de esta institución educativa y con el título en la mano.
Según han ido desvelando padre e hija a lo largo de las entrevistas que han ido concediendo, ella en concreto en contadas ocasiones, nunca han mantenido una relación como la de cualquier otra familia tradicional, es más, aparentemente hoy día no mantienen ningún contacto. En enero pasado, Anthony Hopkins estaba escribiendo su autobiografía donde habla de sus experiencias vitales, de sus matrimonios y de cómo el alcohol ha condicionado su vida, un hecho que recalca cada año cuando publica en sus redes sociales el aniversario del día que decidió dejar de beber, y ya han pasado casi cinco décadas, porque tal como reconoce “bebía hasta la muerte”. En el libro sobre sus memorias tampoco pretende esconder la “fría” relación con su hija Abigail.
Anthony Hopkins nació el último día del año 1937 en la pequeña localidad de Margam, en Gales, Reino Unido. Sus padres regentaban una panadería y, según sus propias palabras, como era “el tonto del colegio” y no conseguían que se centrara le enviaron a un internado. “Crecí absolutamente convencido de que era estúpido”, aseguró ante la prensa.
Después conoció al actor Richard Burton en un encuentro casual y decidió que esa sería su profesión y que no pararía hasta demostrar a sus padres que cumpliría su sueño. Consiguió terminar sus estudios en el Royal Welsh College of Music & Drama de Cardiff, Gales, y en los sesenta empezó a brillar en el teatro. En 1967 se abrió paso en el cine con películas como Lo que queda del día, Nixon y Amistad. Además, ya de mayor fue diagnosticado con el Síndrome de Asperger. Entre los premios que ha conseguido está su primer Oscar con la cinta 'El silencio de los corderos' de 1991 y un segundo Oscar en 2021, con 83 años, por su papel protagonista en El padre.
El actor se casó con Petronella Barker, la madre de su única hija, Abigail Hopkins, en 1966. A los dos años, el 20 de agosto de 1968, nació la pequeña en Putney, una localidad cercana a Londres. En 1972 el matrimonio se divorció. Dice Abigail que cuando su padre empezó a ser un artista conocido pocas veces estaba en casa. Ella recuerda las fuertes discusiones de la pareja e incluso declaró a un medio: “No me gustaba cómo trataba a mamá, eso es algo que jamás se lo voy a perdonar”. Él ya tenía serios problemas con el alcohol y tras la separación de Petronella Barker, también dice que la rechazó a ella.
El actor enseguida se volvió a casar con Jennifer Lynton. Era su asistente y a menudo debía recogerle de lugares donde se había quedado dormido por la borrachera hasta que el 29 de diciembre de 1975 dejó de beber. Tras 29 años de vida en común, en 2002, se separaron. Después conoció a su actual pareja, Stella Arroyave, en la tienda de antigüedades de Los Ángeles que ella regentaba. Es 18 años más joven que él. Se casaron en 2003 y Anthony Hopkins desveló que le salvó porque estaba empezando a caer en una depresión aunque él pensaba que era feliz.
A Abigail le costó mucho superar la sensación de abandono que sufrió por culpa de su padre. Con 18 años empezó a consumir drogas e incluso declaró que la situación le llevó a querer quitarse la vida. “Los problemas con mi padre, sus asuntos, destruyeron mi salud mental a lo largo del tiempo. Me guardé tantas cosas en mi niñez que un día exploté”, contó su hija. Finalmente, empezó a superar sus problemas cuando aceptó que su padre no quería relacionarse con ella.
Lo cierto es que en los trabajos musicales que ha ido publicando, toca la guitarra desde los siete años, las melodías y las letras llegan a generar desasosiego e inquietud. Es probable que para la hija desconocida de Anthony Hopkins la música sea una forma de desahogarse y una válvula de escape. De su último álbum Memorias de un forajido dice la crítica que el oyente nunca sabe dónde será transportado por la mezcla de estilos musicales, sin embargo, es una música “cautivadora” a la vez que “intrigante”.
Por su parte, Anthony Hopkins reconoció en otra ocasión que “las familias se rompen” pero cada uno tiene que seguir con su vida. “Nosotros tenemos una relación fría. La vida es fría. Creo que somos dos extraños. A los hijos no les gustan sus padres. No tienen que quererse entre ellos. Supongo que soy egoísta, no fui un buen marido y tampoco me comporté como un buen padre”, aseguró.
Unos años antes, a principios de la década de los noventa, padre e hija retomaron el contacto e incluso en 1991 acudieron juntos a un evento. Sin embargo, Abigail volvió a separarse de él y ya no han vuelto a reencontrarse.
El actor vive en California junto a su mujer Stella Arroyave que además está grabando un documental sobre él, del que tiene “carta blanca” del protagonista. Su hija Abigail Hopkins imparte talleres y clases de actuación creativa, es actriz, directora de teatro, entrenadora de actuación y cantautora. Se ha formado en el Lee Strasberg Theatre Institute de Nueva York, en la Stella Adler Academy de Los Ángeles y en el Rose Bruford College of Theatre & Performance de Londres.
Como actriz ha trabajado en varias películas con pequeños papeles como Shadowlands, Remains of The Day, A Few Selected Exits o Homogeminus, un thriller psicológico polaco para el que también escribió la banda sonora. En 2003 debutó en la música con el álbum Smile Road, que fue descrito por la prensa como un “jazz intrigantemente alternativo” y “escalofriante”, en 2006 presentó Blue Satin Alley y al año siguiente The Lighthouse Keeper. Su composición musical es calificada como “profundamente conmovedora”, “perturbadora” o “oscura, siniestra y cautivadora”. Ella misma cree que cada canción es “en gran medida una historia musicalizada, en la que tanto la letra como la melodía desempeñan papeles igualmente importantes”. Ahora está terminando el álbum Remembrance.
Además de estar volcada en la música, Abigail da clases de interpretación en Estados Unidos y en Europa. Sobre todo se ha especializado en la preparación de las audiciones de los actores. También ha dirigido obras de teatro como Háblame como la lluvia de Tennessee Williams, Bodas de sangre de Federico García Lorca o Salvados de Edward Bond.