Antonio Vega y los diez días de homenaje de sus amigos este enero: “Le llenarían de satisfacción”
Del 15 al 25 de este mes se suceden en Madrid varios conciertos con artistas invitados y se celebra una exposición de cuadros inspirados en su figura.
De los pocos artistas en España que han hecho canciones casi perfectas”, dice Nacho Campillo, uno de los participantes.
“La música le salía del alma, no tenía intención comercial; se interpretaba a sí mismo a través de su música”, destaca Carlos Vega, hermano del músico.
No es la primera vez que se organiza un homenaje a Antonio Vega (ni la segunda ni la tercera), pero en esta ocasión el formato es diferente y, si cabe, más especial, por su carácter bidisciplinar. Música y pintura se unen ahora para recordar al cantante, compositor y guitarrista madrileño, fallecido el 12 de mayo de 2009 a los 51 años de edad. La música la pone un reducido pero selecto elenco de artistas que trabajaron con o admiran al que fuera componente de Nacha Pop; los cuadros, otro escogido ramillete de pintores que han tomado a Vega como inspiración. Ambas iniciativas, simultáneas, se llevarán a cabo en Recoletos Jazz Madrid, un espacio de conciertos de la capital.
En 2023, el artista plástico Gabriel Suárez se puso en contacto con Carlos Vega, hermano del músico: quería su permiso para poder utilizar el título de la canción “Lucha de gigantes” para una serie de exposiciones; Carlos se lo concedió, y el proyecto se materializó en varias galerías con participación de Suárez y otros artistas de arte pop. “Luego me planteó —cuenta Carlos Vega— que se podía hacer una exposición de pintura que tuviera como tema fundamental para todos los pintores la figura de Antonio y que se pudiera complementar con una serie de conciertos en el mismo espacio. Me pareció un proyecto muy ilusionante”.
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De modo que por un lado, y del 15 al 25 de enero, dicha exposición, que se llama La nota azul, agrupará obras de Guillermo Pérez Villalta, Juan Carlos Lázaro, Jesús Mari Lazkano, Emilio Gonzalez Sainz, Victor Bartolome Rey, Gorka García Herrera, Kepa Garraza, Alex Gambin, Silvia Cosío y Ernesto Crespo. En esas mismas fechas se celebrarán en el citado enclave conciertos de Rebeca Jiménez (15 y 16 de enero), Nacho Campillo (17 y 18 de enero), Andrés Suárez (21 y 22 de enero), flamencos como Josemi y Juan Carmona o Alba Molina (23 de enero) y Ricardo Martín (24 y 25 de enero).
Actuarán con una banda base dirigida por Basilio Martí, el teclista que siempre acompañó a Antonio en directo, y cada velada contará con invitados como David Summers, Vega o Bely Basarte, entre otros. Además del piano de Martí, estarán acompañados solo por contrabajo, batería y, puntualmente, guitarra. Reconoce Carlos Vega —que tocará en la noche de los flamencos— que reclutar semejante plantel “tampoco ha sido tan sencillo”. Así lo explica: “Hay que preparar un repertorio de Antonio, aprendérselo para tocarlo en directo… La gente no suele estar muy a favor. Pero la respuesta ha sido suficientemente buena. Los conciertos van a ser interesantes y dignos”.
Fue Basilio Martí quien llamó a los participantes. “Sabe que tuve una relación estrecha con Antonio, sobre todo al final de su vida”, explica Nacho Campillo, de Tam Tam Go!. “Cantó conmigo en el Teatro Romano de Mérida meses antes de morir y estuvimos grabando unos temas en mi estudio. Cuando coincidíamos en camerinos en algún festival nos poníamos a cantar. Él admiraba a Tam Tam Go! y yo siempre he sido muy fan de Antonio. Me encanta interpretar sus canciones, hacerlas mías de alguna manera; es procurar que siga su legado vivo, que sus canciones no se pierdan”.
Emociones no contenidas
Campillo ya sabe lo que es participar en un homenaje a Antonio Vega. En 2024 fue uno de los integrantes de la gira El sitio de mi recreo, en la que junto a Shuarma (Elefantes), Anni B Sweet y Teo Cardalda (Cómplices), recreaba las canciones de Antonio tal como eran. Aquella experiencia anterior le permitió comprobar la reacción que sus melodías siguen provocando en el público. “La gente se emociona. Rescatamos canciones que no eran tan conocidas y están dirigidas a los muy fans, como ‘Estaciones’, ‘Tuve que correr’… Muchos se acercan y te cuentan su relación con la música de Antonio y cómo han influido en sus vidas sus temas”. El propio Campillo también vivió intensamente aquellas actuaciones. “Es un sentimiento encontrado: te emocionas mucho, pero al mismo tiempo te sientes muy feliz de cantar sus canciones”.
Pero ¿qué tiene el repertorio de Antonio Vega para que siga tocando la fibra y resista de forma tan espléndida el paso del tiempo? “Lo que la gente ha captado siempre de la obra de Antonio —responde Carlos Vega— es su autenticidad. Componía con una naturalidad excepcional. La música le salía del alma, no tenía intención comercial; se interpretaba a sí mismo a través de su música. Era muy auténtico y emocionante”.
En opinión de Nacho Campillo —que este verano publicará un disco nuevo de Tam Tam Go!, el dúo que forma con su hermano Javier—, “era único en su especie. Combinaba muy bien la letra y la música. En los días de la movida madrileña surgieron grupos que empezaban a cantar en castellano, y él marcó la diferencia, escribiendo letras diferentes a las que hacía el resto de la gente, más profundas, más sentidas; musicalmente tenía mucho nivel, por las asociaciones de acordes, los pasos de acordes mayores a menores… Era un maestro. De los pocos artistas en España que han hecho canciones casi perfectas”.
Cabe preguntarse cómo encajaría Antonio Vega, de personalidad muy reservada, tantos tributos. Nacho Campillo resalta que, si bien el carácter introvertido de su compañero y amigo era innegable, cuando tomaba confianza se mostraba más abierto y accesible. “Me contaba cosas muy personales, sobre la vida. A principios de 2009 ya estaba mal, pero tenía muchas ganas de vivir. Sabía mucho de astrología, física… Y tenía mucho sentido del humor. De la cosa más absurda hacía una gracia. Era una persona muy cercana, aunque tímida al principio. Una vez que lo conocías, era muy auténtico y admirable”.
Antonio Vega fue objeto de reconocimientos incluso en vida, lo que le enseñó a distinguir entre aquellos hechos con el corazón y suficientes medios de los que parecían surgidos del mero oportunismo. Por eso, Campillo señala que “si él supiera que su banda, su hermano y nosotros estamos haciendo este homenaje, le llenaría de satisfacción. Son conciertos bien hechos, con calidad y muy cuidados. Otra cosa sería hacer algo con artistas de reggaetón”. O en palabras de Carlos Vega, “le hicieron homenajes como si estuvieran esperando a que se muriera; homenajes póstumos en vida. Pero si estuviera viendo esto ahora, se sentiría muy ilusionado y apoyaría este tipo de iniciativas”.