¿Qué son esos adoquines dorados que han aparecido en Madrid y otras ciudades europeas?
El artista Gunter Demnig creó este proyecto para recordar a las víctimas del nazismo en el mundo.
El proyecto tiene más de 50.000 piedras repartidas por toda Europa,
Los adoquines sutilmente levantados nos invitan a reflexionar, recordar y no repetir los mismos errores de la humanidad.
Puede que alguna vez te hayas encontrado andando por la calle con unos adoquines dorados en el suelo. Casi tropiezas con ellos pero nunca te has parado a pensar en qué significaban. En ellos hay una inscripción: “Aquí vivió…” seguida de un nombre, de hombre o mujer y unos datos para muchas personas desconocidos.
Estos adoquines están pensados para que te tropieces con ellos, ya que está sutilmente levantados para llamar la atención en la acera. ¿La razón? Estas piedras son pequeños bloques de bronce incrustadas en la calle en las proximidades de los edificios donde vivían o trabajaban las víctimas del nazismo.
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En Madrid, encontramos varios de aquellas víctimas madrileñas, pero este proyecto es global y puedes encontrar estos nombres en cualquier parte del mundo. Bajo el lema "One Victim - One Stone", "Una víctima, una piedra" se hace justicia y se fomenta la memoria histórica.
Las "stolpersteine"
Estos adoquines o piedras son las llamadas Stolpersteine, que significa “piedras con las que te puedes tropezar” en alemán. Cada una de ellas esconde la historia de una persona que sufrió los horrores del nazismo, y su objetivo es rememorar aquellas victimas del holocausto alemán. Los nombres de 445 hombres y curiosamente solo cuatro mujeres que fallecieron en los campos de concentración están cincelados en el suelo de las calles de Madrid, frente a las que eran sus antiguas casas.
El alemán Gunter Demnig es el artista que ha llevado a cabo este proyecto, y él fue el que colocó los primeros adoquines en la ciudad de Madrid, en 2018. Pero estas "piezas del tropiezo" que se pusieron en aquella ocasión todavía siguen ahí, y puedes encontrarlas en distintas calles a lo largo y ancho de la ciudad.
Un proyecto global
Esta obra es la más conocida del artista, que llevó las primeras piedras a Austria, donde fueron instaladas por invitación del Andreas Maislinger, fundador de Servicio Austriaco en el Extranjero. Pero a día de hoy, hay más de 50.000 piedras en toda Europa, y es uno de los mayores proyectos de conmemoración en el mundo.
En Budapest, cada vez que se identifica a una víctima nueva, la manera de recordarles es poner una de estas placas doradas, situándolas un poco más alto que la acera, en el lugar donde vivió esa persona. Una llamada de atención a pie de calle para darnos cuenta de que no podemos tropezarnos dos veces con la misma piedra.