Carmen Machi regresa al teatro con ‘Nuestros actos ocultos’, un texto del argentino Lautaro Perotti al que da vida sobre el escenario de Naves del Español junto a Santi Marin y Macarena García, con quien vuelve a compartir proyecto tras la serie ‘La Mesías’, y otra vez siendo madre e hija. En la obra se tratan diversos temas, como la familia o la maternidad y, durante las entrevistas para promocionarla, la actriz se ha aventurado a reflexionar sobre una parte de la maternidad que pocas veces se exterioriza, el hecho de ser madre sin haberlo querido o la relación posterior con el hijo.
Ha sido durante una entrevista con La Hora Extra cuando Carmen Machi expresaba que la familia “está obligada a quererse. Se guardan muchos silencios por no herir, la familia es compleja”. Pero sobre todo la obra ahonda en una maternidad de la que no siempre se habla.
“No siempre una mujer se atreve o tiene fuerza para decir que nunca ha tenido la intención de ser madre, ‘mi hija fue producto de un accidente y si no hubiera tenido un hijo me habría cambiado la vida, a lo mejor habría sido más feliz’. Es muy difícil pronunciar todo eso, no estamos preparados socialmente para escucharlo ni para decirlo”, reflexiona la actriz a raíz de la trama de la obra de teatro.
Machi va más allá y considera que socialmente “un hijo puede odiar a su madre, pero que una madre odie a su hijo no se concibe” y, de ocurrir, “te choca mucho”. “Un hijo sí puede tener reproches hacia unos padres, lo aceptas, pero que una madre diga ‘es que tú a mí me importas un pimiento’. Pero ¿qué madre es esta? Es una cosa que habría que revisar”, sostiene la actriz sobre la muchas veces complicada relación entre madres e hijos. Aunque celosa de su intimidad, ella misma ha pronunciado en alguna ocasión que renunció a ser madre por miedo.
Su reflexión se ha hecho viral en redes, donde la polarización de opiniones, desde personas que comparten el discurso de Carmen Machi y reconocen casos similares a los que expone en su círculo cercano, mujeres que fueron madres sin buscarlo y nunca reprocharon que su vida no siguiese el camino que pretendían; hasta opiniones contrarias que defienden que “hay malos padres, también malos hijos que no dan lo que reciben. Sin embargo, existen muchos más motivos para alejarse de unos padres que de unos hijos”.