Carmen Maura es de las actrices con mayúsculas del cine español. Y no solo por sus innumerables y talentosos trabajos que forman parte de la filmografía de nuestro país. '¡Ay, Carmela!', '¿Qué he hecho yo para merecer esto?', 'Volver', 'Mujeres al borde de un ataque de nervios'... es difícil definir cuál es la obra maestra de Maura cuando todas se acercan a serlo y, para más inri, adquieren valor con el tiempo.
Precisamente es el tiempo la cuestión que vertebra la entrevista. Concretamente, el paso del tiempo y sus efectos. Todo lo que aporta y todo lo que se lleva consigo. "Respeto todo, pero no me preocupa [envejecer] y nunca he tenido ni tiempo ni ganas de hacerlo", cuenta. La protagonista de 'La ley del deseo' ha pasado por cuestiones de salud varias veces por el quirófano y no lo volvería hacer, asegura, "por estar más mona". "Que me den papeles de viejecita, no me importa nada", sentencia.
Eso a nivel físico, porque en lo personal, la madrileña sí que echa de menos tiempos pasados: "En los 80 éramos libres", confiesa. Carmen Maura, que salió de su casa donde vivía junto a su exmarido y sus dos hijos para dedicarse a la interpretación, recuerda cómo fueron sus inicios. "Entré en el grupo de Almodóvar con gente como Alaska, los Berlanga... y me pareció la gloria", dice.
La exchica Almodóvar reconoce que ha tenido alguna mala experiencia en su carrera con directores, pero defiende: "Si me han querido meter mano, le he dado una hostia". Carmen confía en la fortaleza de las mujeres para luchar contra esa lacra, aunque comprende que es difícil. "Soy del equipo de las chicas, pero nunca he sido amiga de la agresividad". La actriz considera que ahora hay menos libertad y cree que los hombres, señala, "nos van a coger manía". De ahí su predicción: "Dentro de diez años, habrá un 'me too' masculino". "La ventaja de tener 78 años es que digo lo que me da la gana", sentencia.