Cuando tus hijos eran más pequeños, es muy posible que alguna vez hayáis tenido alguna bronca por el mando de la televisión, especialmente cuando hacían Art Attack, el programa que presentaba Jordi Cruz. Aquel espacio, dedicado a la creación de manualidades, comenzó a emitirse en 1998 y duró hasta 2004. Contaba, además, con la participación de su creador original en la versión española, el británico Neil Buchanan (58 años), conocido como el 'Manitas'. Él se encargaba de hacer murales enormes sobre distintas superficies con todo tipo de materiales y utensilios mundanos: desde espráis hasta legumbres secas, pasando por pelotas o telas viejas. Ahora, una teoría afirma que él es en realidad el artista Banksy, cuya identidad sigue siendo un enigma sin resolver que ya dura décadas.
Algunos medios de comunicación se hicieron eco del mensaje del usuario de Twitter Scouseman, quien afirmó que había oído rumores de que Buchanan era en realidad Banksy. "Si es cierto, es la cosa más graciosa de la historia", escribió. La teoría se sustentó en que muchos de los lugares a los que acudió Buchanan como músico tenían obras de Banksy. El tuit no tardó en hacerse viral y muchos usuarios comenzaron a reproducirlo a través de las redes sociales. Ello desencadenó que algunos medios de comunicación anglosajones también alimentaran el rumor.
Ante el aluvión de mensajes, el propio Buchanan tuvo que salir a negar que él fuera el artista de Bristol. En un comunicado a través de su página web personal, el 'Manitas', abrumado por tantas preguntas, confirmó que se trata de un bulo. "Nos han inundado con consultas en el fin de semana después de ver la historia en redes sociales. Desafortunadamente esta web no tiene la infraestructura suficiente para responderlas todas individualmente. Sin embargo, podemos confirmar que no hay nada cierto en el rumor", escribió Buchanan.
Lo último que hemos ido sabiendo de Banksy es una acción que define su carácter: siempre del lado del débil, siempre concienciado socialmente. Hace unas semanas se conoció que había financiado un barco de rescate para realizar misiones humanitarias en el Mediterráneo. Se pagó con la venta de algunas de sus obras y él mismo se encargó de decorarlo, con el color rosa como motivo principal de la embarcación. En ella no falta, por supuesto, una de sus insignias: la niña que deja ir un globo, aunque esta vez es un salvavidas en forma de corazón.
La embarcación es un antiguo navío de la Armada Francesa y sus tripulantes vienen son profesionales humanitarios de distintas partes de Europa. Se le llamó 'Louise Michel', en homenaje a la feminista y anarquista del mismo nombre, que vivió durante el siglo XIX. La organización del barco es horizontal y vegana. En su primera misión, el 'Louise Michel' salió desde el puerto de Burriana, en Castellón, y terminó recogiendo a 89 náufragos que navegaban sin rumbo en las aguas del Mediterráneo Central.
Otra de sus reapariciones más sonadas de los últimos meses fue en el metro de Londres. A primera hora y vestido como un operario de desinfección, el grafitero se subió a uno de los vagones y realizó una serie de pinturas entre las que destacan las ratas, características de su obra, los estornudos y las mascarillas. En apenas unos minutos, consiguió terminar su trabajo (apoyado en moldes) y salió sin ser reconocido. ¿El mensaje? La importancia de la mascarilla en el contexto actual, más aún en un país tan golpeado por la pandemia como el Reino Unido.