Barcos, confusión y aprovechar que el rojo era barato: ¿por qué se eligió que la bandera de España fuese como es?

  • La bandera de España es motivo de discusión y disparidad de opiniones, pero pocos conocen el origen de la elección de los colores

  • Carlos III ordenó cambiar los pabellones de los barcos porque daban lugar a confusión

  • Al parecer, la abundancia y el bajo coste del color rojo fueron determinantes para elegirlo como color capital de la enseña nacional

Objeto de trifulcas y debates, la bandera de España es, casi siempre, motivo de discusión y disparidad de opiniones. Pero más allá de cuánto representa o no a una sociedad tan polarizada como la española, lo cierto es que no muchos conocen el origen de los colores que la conforman. Te explicamos el contexto histórico y los acontecimientos que propiciaron el diseño y elección de la enseña nacional, que se remonta al siglo XVIII y nació por la necesidad de distinguir a los buques de guerra españoles de los demás.

Surgida en el reinado de Carlos III

Tal y como describe la web oficial de la Moncloa, el punto de partida de la creación de la bandera se remonta al reinado de Carlos III, quien reinó en España entre 1759 y 1788. "En aquella época existían tres tipos de banderas: las banderas militares y el pabellón de la marina". En los barcos españoles se utilizaban pabellones de color blanco con el escudo del reino encima. Eran tiempos de dominio absoluto por parte de la familia Borbón, que ampliaba su yugo hacia regiones del mediterráneo y el sur de Europa, principalmente.

Distinguir al enemigo

Aquella bendición imperial resultaba ser, en el fondo, un quebradero de cabeza para las tropas españolas. Al ser tan amplia la zona de influencia borbónica y compartir colores con otros buques mercantes y de guerra, los navíos españoles no podían distinguir si el barco que acaban de avistar era un enemigo, un amigo o un barco mercante sin mayor amenaza. Aquellas confusiones daban lugar a fuego amigo y situaciones de peligro para los barcos españoles, que debían acercarse mucho para saber si se trataba de una embarcación amiga o adversaria.

Encargo al ministro de Marina

Es ese el punto de partida de la nueva bandera. Consciente del problema, Carlos III le encargó a su ministro de Marina, Antonio Valdés y Bazán, "un proyecto para la sustitución del pabellón naval", la simple aunque gallarda bandera blanca con el escudo real que, sin embargo, no traía más que problemas a las embarcaciones militares españolas. Valdés y Bazán recogió el encargo y se puso manos a la obra, ofreciendo al rey una batería de diseños con distintas formas y colores, con el objetivo de terminar de una vez por todas con todas las confusiones en alta mar.

De entre todos los bocetos que Valdés y Bazán le presentó a Carlos III, el rey eligió dos con los colores de la actual bandera: la rojigualda prácticamente como hoy la conocemos, que se utilizaría para los barcos de guerra y una parecida a la señera, bandera de la Corona de Aragón hasta su disolución. Ambas cumplían con el objetivo que el rey había encargado: que la enseña fuera bien visible, incluso a mucho espacio de distancia. Según Fernando de Córdoba, estratega de marca, en la decisión de los colores fue determinante el bajo precio del color rojo, así como la abundancia en aquel momento.

El color rojo era barato

Con el paso del tiempo, el uso de la bandera se fue extendiendo hacia otros ámbitos más allá de la vertiente militar. Así fue hasta que en el año 1843, cuando durante el reinado de Isabel II se nombró bandera e insignia nacional. Un detalle curioso es que Carlos III exigió que la banda amarilla del medio, la que separa las rojas, fuera el doble de grande para que el escudo cupiese en su totalidad.

Colores intactos, cambio de escudo

Los colores y el diseño original se mantuvieron durante todo el siglo XIX, con la salvedad de que los escudos iban cambiando. Así fue hasta la Segunda República española, cuyo gobierno cambió la franja roja de debajo por la morada y niveló las tres bandas, dejándolas al mismo nivel todas. Los colores originales fueron restituidos después de la guerra civil provocado por el golpe de estado militar, integrando el ya conocido 'aguilucho' negro, símbolo del franquismo.

Con la muerte del dictador Francisco Franco, el final del régimen y la nueva constitución, la bandera eliminó finalmente el águila de la bandera y la sustituyó por el escudo de la casa real, siendo finalmente la enseña nacional que, actualmente, es motivo de disputa por parte de gente de izquierdas y derechas. Sin embargo, aunque los golpistas se apropiaron de un símbolo que era de todos y terminó generando un cisma polarizador entre ambos bandos, el origen real se remonta a casi 200 años antes de la guerra civil y el golpe de estado del bando nacional.