¿Qué hay de cierto en la leyenda urbana de que el 11S Michael Jackson, Liz Taylor y Marlon Brando huyeron de Nueva York turnándose para conducir?
Los atentados contra las Torres Gemelas dejaron una de las leyendas urbanas más delirantes de la cultura pop.
Según la historia, las tres estrellas se echaron a la carretera en un coche alquilado para escapar de los atentados.
La historia se publicó en 2011, cuando un asistente de Jackson la contó en una biografía sobre su amistad con Taylor, 'Michael & Elizabeth'.
El 11 de septiembre de 2001, Michael Jackson se despertó a las 4:30 de la mañana en su suite del hotel Plaza de Nueva York. Quería leer las críticas del concierto que había dado la noche anterior en el Madison Square Garden. A las 8:46, un avión se estrelló contra la torre norte del World Trade Center. 18 minutos después la otra torre recibió un impacto similar. Lo que Jackson hizo a partir de ahí ha adquirido, con los años, la categoría de leyenda urbana.
El rumor dice que el cantante, al no poder huir de Nueva York en avión porque el espacio aéreo estaba cerrado, alquiló un coche y se embarcó en un road trip. Hay fuentes que dicen que llegaron hasta Ohio. Otras desmienten la historia por completo. Si bien el cuento es difícil de creer, tampoco estaría entre lo más extraño que hicieron estas tres personas en sus vidas.
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Cuando Michael conoció a Liz
"No creo que nadie sepa cuánto nos queríamos", dijo Taylor acerca de su amigo. Jackson siempre fue un mitómano de Hollywood. Así que en 1984, tras la muerte de Richard Burton (al gran amor de la actriz, con el que se casó dos veces), invitó a Elizabeth Taylor, la estrella más rutilante de todas, a un concierto de su gira 'Victory'. Pero ella se levantó y se fue a la mitad.
Al día siguiente él la llamó llorando para preguntarle el motivo, ella le aclaró que no veía ni escuchaba bien y se pasaron tres horas charlando. Aunque la actriz definió su amistad como "lo más normal y natural del mundo", el público se sintió fascinado por ella: lo que ella consideraba "normal" incluía hacerle regalos como un elefante llamado Gypsy fletado expresamente desde Asia.
Cuando Liz se casó en 1991 por octava vez, con el albañil Larry Fortensky, celebró la ceremonia en el rancho Neverland y Michael ejerció como padrino. En enero de 1993 Liz y Larry acudieron a Neverland para llevarle a Michael juguetes por Navidad. Aquella fue la primera Navidad del cantante.
Precisamente su infancia infeliz, trabajando desde los cinco años y sufriendo malos tratos por parte de su padre, fue lo que le unió a la actriz, quien también se había convertido en una estrella de Hollywood cuando era una niña. Pero su amistad iba más allá de sus traumas en común. Michael la consideraba una madre, lo cual ofendía tanto a su verdadera madre, Katherine Jackson, que su hija Janet contrató a un psicólogo para la familia. El diagnóstico fue que Michael realmente sentía que Liz era su madre y no había nada que nadie pudiera hacer al respecto.
El cantante pintó las paredes de su habitación del color violeta de los ojos de Liz Taylor y, según un amigo suyo, llegó a operarse la cara para parecerse a ella. Quizá era su forma de parecer su hijo biológico. En el libro 'Elizabeth & Michael', una fuente anónima asegura: "Si te fijas, al principio, lo que él intentaba era parecerse a Elizabeth. Su cara arruinada, su aspecto, eran un tributo a Elizabeth que salió fatal".
Cuando Michael conoció a Marlon
Como Jackson lo hacía todo a lo grande, cuando decidió cumplir su sueño de triunfar en el cine contrató los servicios de Brando como profesor de interpretación. En 1993 el fiscal que procesó al cantante por abusos a menores interrogó al actor, quien declaró que cuando le preguntó a Jackson si la acusación era cierta este se puso a llorar y no le contestó. Esta declaración, en la que Brando concluía que "hizo algo con esos niños", se ha publicado por primera vez este año en el podcast 'Telephone Stories: The Trials of Michael Jackson'.
A pesar de tener una isla privada en la Polinesia y de haber comprado la casa de su vecino en Benedict Canyon para que nadie le molestase, Brando pasó sus últimos años de vida en Neverland. Allí tenía un servicio 24 horas de chef, asistenta y guardaespaldas. Si se aburría podía echar la tarde en el cine, en el parque de atracciones o en el zoológico. Y todo sin salir de la finca. En 2001 Brando apareció en el videoclip de Jackson 'You Rock My World' interpretando a un mafioso y evocando así su papel de Vito Corleone en 'El padrino'.
¿Qué hacían los tres en Nueva York?
El 7 y el 10 de septiembre de 2001 Michael Jackson celebró el 30º aniversario de su carrera en solitario (lanzada a la estratosfera con 'Off The Wall' en 1981) con dos conciertos en el Madison Square Garden. Los invitados eran estrellas como Whitney Houston, Eminem, Liza Minelli, Macaulay Culkin, Yoko Ono o los Jackson 5.
Jackson quería que durante los conciertos Elizabeth Taylor y Marlon Brando flanqueasen el escenario sentados en dos tronos, uno a cada lado: la reina y el rey de Hollywood presidiendo los fastos del rey del pop. Una vez descartada esta idea, Michael convenció a Liz para que al menos asistiese como público con el truco que usaba siempre que a ella le daba pereza acompañarlo a algún sitio: regalándole un diamante.
Brando, por su parte, estuvo encantado de arrancar el concierto del 7 de septiembre soltando una arenga desde el escenario sobre cómo había "cientos, si no miles" de niños muriendo de hambre en el mundo y Michael Jackson era una de las pocas almas intentando ayudarlos. El discurso fue descrito por el Washington Post como "gruñón e incomprensible". Los 20000 asistentes abuchearon a Brando. Uno de ellos gritó "¡Stella!".
2001: Escape de Nueva York
Aquella mañana del 11 de septiembre los hechos dejan paso a la leyenda. Jackson recibió la llamada de un amigo de Arabia Saudí advirtiéndole de que Estados Unidos estaba bajo el asedio terrorista. Él temió que las estrellas de Hollywood pudiesen ser el siguiente objetivo. Inmediatamente corrió a la suite de Brando y juntos salieron del Plaza en coche mientras cientos de fans aporreaban las ventanillas. Iban a buscar a Liz, quien había preferido alojarse, como siempre que visitaba Nueva York, en el St Regis. 300 metros separaban un hotel de otro.
(El tiempo daría la razón a la paranoia del cantante. Años después, la inteligencia de Estados Unidos descubrió un plan de Al-Qaeda para secuestrar a iconos de la cultura anglosajona. Russell Crowe pasó dos años con seguridad del FBI)
El plan inicial de Michael era huir en su jet privado, pero el cielo estaba cortado. Un empleado del cantante declaró que el grupo se refugió primero en Nueva Jersey y después las tres estrellas alquilaron un coche (barato, para no llamar la atención) y se echaron a la carretera. Recorrieron 800 kilómetros turnándose para conducir y haciendo paradas cada vez que veían un Kentucky Fried Chicken o un Burger King. Llegaron hasta Ohio.
Esta historia se hizo pública por primera vez en 2001, gracias al libro 'Elizabeth Taylor's Closing Act' de Sam Kashner. Vanity Fair se hizo eco de ella y se propagó. Pero Tim Mendelson, un ayudante de la actriz, aseguró que la leyenda urbana era falsa: Taylor se quedó en Nueva York para cuidar de Debbie Reynolds.
Cuando Liz conoció a Debbie
Liz y Debbie eran amigas desde que compartieron pupitre en la escuela para estrellas infantiles de la Metro-Goldwyn-Mayer en los años 40. Nunca rodaron una película juntas, pero sí protagonizaron uno de los mayores escándalos de Hollywood cuando el marido de Debbie, Eddie Fisher, tuvo una aventura con Liz, recién enviudada de Mike Todd. Fisher se divorció de Reynolds para casarse con Taylor. Después, Liz abandonaría a Eddie durante el rodaje de 'Cleopatra' para casarse con Richard Burton. Con el paso de los años, Liz y Debbie retomaron su amistad.
Según el asistente de Taylor, aquella mañana Carrie Fisher llamó a Liz para pedirle que hiciese compañía a Debbie, que también había asistido al concierto del Madison Square Garden la noche anterior y se encontraba sola en la ciudad. Liz acogió a Debbie en su suite del St. Regis y llamó a otro de sus exmaridos, el senador de Virginia John Warner, para que les ayudase.
Cuando la realidad es más increíble que la leyenda
La historia de Mendelson roza la beatificación al asegurar que Taylor acudió a una iglesia a rezar, después consoló a los familiares de las víctimas y finalmente visitó la zona cero de las Torres Gemelas. Pero no hay documento que atestigüe ninguna de estas tres actividades. Lo llamativo de esta refutación es que, al señalar que "Liz se quedó atrás" y no acompañó a sus amigos, parece confirmar que al menos Michael y Marlon sí huyeron juntos de Nueva York.
Resulta curioso que los testimonios que refutan la leyenda urbana tengan más agujeros que la propia leyenda urbana. Ocurre también con la versión de la periodista y amiga de la familia Stacy Brown: ella asegura que se encargó de alquilar dos caravanas para los 36 miembros del equipo de Jackson mientras él se refugiaba en el hotel Trump International. Esto resulta improbable porque, en medio del desconcierto de aquel 11 de septiembre, no tendría sentido que una estrella tan paranoica como Jackson se refugiase en un rascacielos propiedad de uno de los magnates más adinerados del país. Ese no parecía el lugar más seguro.
La versión de Stacy Brown sí corrobora la huida a Nueva Jersey, aunque añade que Jackson pagó de su bolsillo el alojamiento y la comida de las docenas de fans que todavía se agolpaban en el Plaza creyendo que estaba alojado allí. Esta versión, al igual que la de Mendelson sobre Taylor, aprovecha para dejar a la estrella como un héroe. Dice que llevó a sus fans al cine y a cenar (lo cierto es que todos los establecimientos de Nueva York estaban cerrados) y que cuando su portavoz le propuso filtrar este gesto tan generoso a la prensa Michael respondió "No, quien debe salir en la prensa son los paramédicos, los bomberos, la policía".
La película que nunca fue
En 2017 la cadena británica Sky incluyó esta historia en su antología sobre leyendas urbanas, 'Urban Myths', con Joseph Fiennes (el Shakespeare de 'Shakespeare in Love') como Jackson, Stockard Channing (Rizzo en 'Grease') como Taylor y Brian Cox (Logan Roy en 'Succession') como Brando. El episodio contaría, en clave de sátira, cómo piensan, sienten y se relacionan las personas que viven en ese nivel de celebridad.
Paris Jackson, la hija del cantante, condenó que un actor blanco interpretase a su padre y además en tono jocoso. "Estoy increíblemente ofendida" escribió en Twitter, "Me enfurece ver cómo tienen la obvia intención de insultar no solo a mi padre sino también a mi madrina Liz. Él expresó en numerosas ocasiones el orgullo que sentía por sus raíces".
Aunque durante años se especuló con que Jackson se blanqueaba la piel para renegar de su raza (o para no parecerse a su padre), finalmente se desveló que usaba el maquillaje para ocultar la enfermedad de vitíligo que clareaba algunas zonas de su piel. En cualquier caso, encontrar a un actor que interpretase a Jackson en 2001 resultaría un reto porque, en caso de que contratar a un negro, habría que maquillarlo de blanco. De hecho la piel de Jackson era más blanca que la de Fiennes.
El director del capítulo alabó el trabajo de Fiennes, explicando que había logrado “descubrir el espíritu” de Jackson con una interpretación “dulce, sutil y humana”. Pero aun así Sky optó por cancelar la emisión del episodio.
Se llevaron la verdad a la tumba
"Hay algo irresistible ya simplemente en la imagen de esta santa trinidad juntos en un coche. Es como una historia de éxodo egipcio, una fábula sacada de la Biblia de Hollywood", describía Katey Rich en Vanity Fair respecto a la imparable propagación de esta leyenda urbana. La primera leyenda urbana del siglo XXI tuvo como protagonistas a tres de las personas que más obsesionaron a la población durante el siglo XX. Tres figuras asociadas al lujo, al exceso y, en sus últimos años, a una decadencia personal convertida en espectáculo para las masas.
En absoluto por casualidad, Sam Kashner no publicó su libro hasta tres meses después de la muerte de Elizabeth Taylor, la última superviviente de aquel road trip mitológico. Brando murió en 2004, Jackson en 2009 y ella en 2011. Una de sus últimas apariciones fue precisamente en el funeral del cantante. La actriz acudió en silla de ruedas y se colocó en primera fila de aquel sepelio cuya audiencia en televisión superó los mil millones de espectadores y adquirió la categoría de funeral monárquico.
Liz fue la primera persona que denominó a Michael "el rey del pop", durante la entrega de los premios Soul Train en 1989, pero para ella era su mejor amigo. "El amor más puro y generoso" que había conocido en su vida, explicó. Aunque inicialmente planeaba ser enterrada junto a Richard Burton, tras la muerte de Michael decidió que sus restos reposarían cerca de él. Ambos están enterrados en el cementerio Forest Lawn.