Es un mito del séptimo arte. Su belleza pasará a la historia y su talento como actriz la han convertido en una de las grandes estrellas de Hollywood, ya no solo del siglo XX sino de la historia. La nominada al Oscar Ava Gardner aterrizó en la industria del cine gracias a una fotografía que le hizo su cuñado, y con la que se obsesionó un ejecutivo de la Metro Goldwyn Mayer.
Su carrera en el cine se consolidó gracias a películas como 'Forajidos' (1946), 'Mogando' (1953) o 'Los Caballeros del Rey Arturo' (1953), siendo los años 50 la época dorada de la intérprete.
Este año, se cumple el centenario de su nacimiento y resurgen algunas de las historias y anécdotas de su trayectoria vital y profesional, que siempre ha cautivado por su misterio y su vinculación con el star system. Una de ellas afirma que la actriz odiaba el apodo que se le puso durante años. Te contamos el motivo.
Uno de los proyectos más destacados dentro de la filmografía de Ava Gardner es la película 'La Condesa Descalza' (1954) de Joseph L. Mankiewicz. Para dar a conocer la cinta, los publicistas decidieron hacer una promoción apoyada en un eslogan que hacía hincapié en la figura de Gardner.
Es así como nació el apodo que acompañaría eternamente a la actriz: "El animal más bello del mundo". Una frase que todavía es recordada dentro de la cultura cinematográfica internacional.
Sin embargo, varias fuentes han afirmado que a la actriz no le hacía ninguna gracia este sobrenombre. Antes que referirse a ella por su aspecto físico, prefería otro de los nombres usados en la película: 'La Condesa descalza'.
La familia de Gardner se dedicaba al cultivo del tabaco y a ella le apasionaba corretear por el campo sin zapatos. Esa sensación de libertad es uno de los recuerdos más especiales a los que la estrella de Hollywood acudía en sus peores momentos. De ahí, que el nombre de la Condesa Descalza le gustase mucho más.
Aunque estuvo casada hasta en tres ocasiones, fue su historia de amor con el legendario cantante y actor Frank Sinatra la que siempre se recuerda. Un matrimonio que duró seis años, entre 1951 y 1957, y que se caracterizó por ser bastante tóxica además de mediática.
Discutían, se separaban y reconciliaban frecuentemente, según cuenta la misma Ava en el libro Ava Gardner: The Secret Conversations, en el cual también reconocía que la letra de una canción del músico era “muy personal”. Se refiere a 'I'm a fool to want you', que parece relatar parte de su romance.
Sinatra se refería también a ella como "el animal más bello del mundo", algo que sin duda, ayudó a que ese sobrenombre calase en la sociedad y en el sector del cine estadounidense.
Muchas veces se ha asegurado que durante sus últimos años de vida, Ava escuchaba en su casa los discos de Frank, ya que consiguieron tener al final una bonita amistad. Aunque siempre nos quedaremos con la duda de si, finalmente, Sinatra le llamó como ella quería: la Condesa descalza.