Benedict Cumberbatch vuelve al primer plano estos días con el estreno en cines de 'Spiderman: No Way Home' con una nueva versión extendida que incluye escenas inéditas. La cinta, que se convirtió en la película más taquillera de 2021, está dirigida por Jon Watts y cuenta además de con Tom Holland y Zendaya. Cumberbatch es uno de esos actores de Hollywood con una vida más misteriosa y poco conocida. De hecho, el filo de la parca ha pasado ante él hasta en cuatro ocasiones, como el mismo ha comentado en alguna entrevista: “Estos movimientos sísmicos te dan una perspectiva sobre la mortalidad. Te das cuenta a lo que verdaderamente debes dar importancia .Y disfrutar de cada momento estando vivo”.
Por ello, algo de lo que disfruta en especial es de su familia. Casado con la aclamada directora teatral Sophie Hunter, tiene tres hijos: Hal Auden, Christopher Carlton y Finn. Lejos de los escándalos, el británico ostenta el honor de ser Comandante de la Orden del Imperio Británico, otorgada por la Reina Isabel II por sus méritos en la actuación y la filantropía.
Es hijo de los actores británicos Timothy Carlton y Wanda Ventham, con los cuales ha trabajado en la serie de 'Sherlock Holmes'. A ellos ha estado muy unido, como a su hermanastra Tracy, la cual falleció por un cáncer en 2021, tras siete años de enfermedad. Un duro varapalo para todos.
Fue con ella con la que por primera vez estuvo en peligro. Siendo casi un bebé, Tracy, 17 años mayor que él, se quedó a su cargo. Le dejó en el tejado y se olvidó de él en pleno invierno londinense. “Estaba en la cocina con sus amigos y de repente vio que la nieve caía por la ventana”, ha explicado Benedict en una entrevista en GQ.
6 de julio de 1994. En su último año estudiando en Harrow, con 18 años, estaba a punto de dormirse cuando sonó una fuerte explosión. Un coche bomba había estallado junto a la Embajada de Israel, hiriendo a 30 personas. Sin saber lo que pasaba en ese momento, el actor de 'Imitation Game' recuerda como las ventanas estallaron a causa del fortísimo impacto y su casa quedó invadida por una nube de polvo. El actor no puede olvidar como corrió a la habitación de sus padres sin poder oír: “Me preguntaban: ‘¿Estás bien?’, ‘¿Estás bien?’. Les respondí que no, que por un oído no escuchaba nada”. Días después consiguió recuperar la audición.
Exvegano, practica meditación a menudo, algo que inició durante su aventura en el Tíbet. Cuando terminó sus estudios se tomó un año sabático e impartió clases de inglés a unos monjes tibetanos. Dicen que no hay dos sin tres. Fue allí cuando le ocurrió el tercer incidente. Sin saber que todavía tendría una estrella en el tan ansiado Paseo de la Fama, un día se fue con cuatro amigos a la montaña al más puro estilo campestre, cambiando las tortillas, por unas galletas y un trozo de queso. Todo iba bien hasta que se perdieron.
Los cinco estuvieron caminando durante dos días sin saber hacia donde iban. Deshidratados solo se les ocurrió exprimir el musgo de algunas piedras para obtener algo de agua. Cumberbatch ha llegado a explicar que tuvieron hasta alucinaciones debido al famoso mal de altura. Como si de un guion de película se tratara, tuvieron que dormir en un establo que olía a excrementos. Finamente, llegaron a la casa de un sherpa, que les dio de comer y les llevó hasta el monasterio.
Santa Lucía, Sudáfrica, 2005. En pleno rodaje de una miniserie para la BBC, 'To the ends of the Earth', fue secuestrado por seis hombres. Aprovechando un descanso se fue a conocer las playas del lugar junto a sus compañeros Theo Landey y Denise Black. Entrada la noche se les pinchó un neumático. Vieron que un coche se acercaba a ayudarles, pero la historia fue otra. De él bajaron seis hombres encapuchados y con rifles.
El nominado al Oscar por 'El perro verde' ha recordado en 'The Hollywood Reporter': “Hacía frío y estaba oscuro. Tuvimos cuidado porque es un lugar muy peligroso para conducir”. Los asaltantes les pusieron de espalda, les obligaron a poner las manos sobre la cabeza y les cachearon: “Comenzaron a cachearnos y nos dijeron: ‘¿Dónde está vuestro dinero? ¿Dónde está la droga?’. Habíamos fumado un poco de hierba. Y en ese momento, esta adrenalina de lucha o huida se apoderó de mí. Yo estaba como, ‘Vamos a morir’”.
Sin resistirse, obedecieron y les entregaron sus teléfonos y sus tarjetas de crédito. Lo peor estaba por llegar. Los atracadores les metieron en el maletero del coche y les llevaron por un camino. Benedict comenzó a gritar pidiendo ayuda mientras pegaba patadas contra el capó del coche.
La estrella hollywoodiense no sabía qué iban a hacer con ellos: “Estaba asustado, realmente asustado. Les dije: ‘¿Qué van a hacer con nosotros? ¿Nos van a matar?’”. Después de recorrer un trayecto considerable, consiguió que les sacaran. Tras el shock inicial, Cumberbatch intentó hablar con ellos y convencerles de que les soltaran y de los problemas que les acarrearía: “Traté de explicarles: ‘Voy a morir, probablemente tenga un ataque y va a ser un problema para ustedes. Voy a ser un inglés muerto en su coche’”. Entrando en razón, los secuestradores les ataron y se dirigieron a un cajero de un banco para el dinero de sus tarjetas. Después, huyeron.