Se podría decir que Christian Bale (48) es una de las grandes estrellas de Hollywood. Sin embargo, el actor nunca lo ha pretendido, y eso que lleva más de 30 años dedicándose a la interpretación, una profesión a la que llegó para ayudar a su familia. En el último año ha trabajado en tres películas y ahora está sin rodar nada, sin trabajo, quizá su momento favorito, “más que contento, estoy eufórico”, decía hace unos días a GQ. Una entrevista en la que habla de todo, de su relación con la interpretación, de no ser el actor que el público cree o de las circunstancias de algunos de sus rodajes.
A Bale el cine le interesa lo justo, así lo explica en la entrevista. “Soy un poco analfabeto en lo que respecta al cine. Decepciono a todo el mundo por lo poco que sé, pero no es necesario para hacer lo que hago”, explica. Al intérprete tampoco le resulta del todo cómoda la concepción de lo que el público tiene que es ser un actor, “pero en lo que respecta a actuar, disfruto con lo ridículo que es”.
Comenzó su carrera siendo un niño y ha conseguido consagrases como actor adulto, algo que no suele ocurrir. ¿Por qué? Según él, por su “relación de amor-odio con la interpretación”, algo que no ve un problema, al revés, lo percibe como una “actitud bastante sana” para afrontar su profesión.
El último trabajo que ha estrenado es la cuarta película del dios del trueno, ‘Thor: Love and Thunder’, donde interpreta al villano. “Nunca he sido como muchos actores que piensan que te tiene que gustar tu personaje. No sé si les gustará a los demás o no, pero a mí me parece bien que no me guste”.
Existe un rumor sobre que el actor ha perdido muchos papeles por Leonardo DiCaprio, especialmente en los 90 y uno de ellos fue el de ‘Titanic’. “Actualmente cualquier papel que consiga cualquier actor es porque antes él ha pasado de hacerlo. Primero se lo ofrecen a él. Bien por él, es un tío estupendo. Yo no puedo hacer lo que él hace, tampoco me gustaría tener esa exposición. Te diría que casi todos los actores de Hollywood de la edad de Leo deben su carrera a lo que él ha descartado”.
También ha tenido palabras sobre un episodio algo polémico, el rodaje de ‘La gran estafa americana’. Años después de finalizar el rodaje, la actriz Amy Adams describía el trabajo del director, David O. Russell, como maniático, explicando que le gritaba y hacía que llorase prácticamente cada día. “En el set estaba totalmente destrozada”, contó entonces Adams.
Bale, su compañero de reparto, explica en esta entrevista que hizo de mediador entre la actriz y el director, con el que él ha vuelto a trabajar en ‘Ámsterdam’, que se estrena en las próximas semanas. “Tiendo a intentar ser un mediador”, señala. “Cuando trabajas con gente con un talento de locura como el de Amy o el de David, siempre va a haber roces. Pero ambos son fenomenales”, concluye.