La gran gala del cine ha culminado premiando la experiencia. Había muchas papeletas para que los ganadores del Oscar en las categorías más mediáticas, las de actores, fuesen uppers. Y así ha sido. Todos mayores de 50 y que, como sus interpretaciones, han logrado algunos de los discursos más emotivos de la gala. Brendan Fraser (54) se ha convertido en el mejor actor por ‘The Whale’ (‘La ballena’) y Michelle Yeoh (60) en mejor actriz, la primera asiática en ganar la estatuilla en la categoría, por ‘Todo a la vez en todas partes’. En reparto, Jamie Lee Curtis (64) y Ke Huy Quan (51), ambos por sus papeles en ‘Todo a la vez en todas partes’.
Brendan Fraser se ha emocionado al subir a recoger su estatuilla. Su carrera en los últimos años no ha sido fácil, cayendo en el olvido tras una depresión que sufrió después de haber vivido un episodio de acoso en la industria y un divorcio algo tormentoso, además de convivir con el autismo de su hijo mayor.
Por eso ha sido tan importante esta película para Fraser. Porque le ha devuelto a primer plano del cine, aunque ya no como el sex symbol que fue durante los 90. “Gracias a la Academia por este honor. Estoy muy agradecido a Darren Aronofsky por darme un salvavidas creativo y por arrastrarme a este barco suyo, ‘La ballena’, escrito por Samuel D. Hunter, que es nuestro faro”, decía el intérprete.
“Empecé en este negocio hace más de 30 años. Las cosas no siempre han sido fáciles para mí, pero conté con algo que no agradecí en su momento hasta que dejé de tenerlo. Quiero dar las gracias por este reconocimiento porque no hubiera podido hacerlo sin el resto del equipo. Es como si estuviera en una expedición buceando al fondo del océano y el aire me llegara únicamente a través de un tubito que vigilaba alguna gente importante en mi vida, como mis hijos: Holden y Leland y Griffin. Te quiero, Griffin”, culminó el actor, mencionando a sus hijos y en especial al mayor, Griffin, que sufre autismo y no pudo acompañarlo en una noche tan especial.
Michelle Yeoh ha hecho historia al ser la primera actriz asiática en ser nominada a mejor actriz protagonista en los Oscar y, encima, ganarlo, imponiéndose a la otra gran favorita, Cate Blanchett. La actriz comenzó por las típicas dedicatorias a sus directores, equipo de la película y estudio, pero luego se fue a lo personal.
Se lo dedicó a su madre, de 84 años, y a la que ha confesado que le dará su estatuilla. Un discurso en el que alagó a todas las madres. “Son las verdaderas superheroínas y sin ellas no estaríamos aquí ninguno”, dijo la actriz de ‘Todo a la vez en todas partes’.
Estar ahí, siendo la primera actriz asiática en ganar el Oscar a mejor actriz, sacó también su parte reivindicativa. “Este premio es para todos los niños y niñas que se parecen a mí y que me ven en casa, este es un faro de esperanza y posibilidades. Y señoras, no dejen que nadie les diga nunca que ya ha pasado su mejor momento”.
Jamie Lee Curtis por fin lo ha conseguido, por fin tiene su Oscar tras cuatro décadas dedicándose a la actuación. “Parad, tengo 45 segundos y he prometido que lo voy a hacer bien”, decía ante el aplauso de sus compañeros. “Esto no es solo mío… ¡Acabamos de ganar un Oscar!”, aclamaba la actriz.
“A mi familia, mi maravilloso marido Chris, nuestras hijas, Kelly, mi hermana. Para todas aquellas personas que han dado apoyo a todas las películas de género que hemos hecho durante estos años. ¡Todos juntos acabamos de ganar un Oscar!”, gritaba eufórica. “A mi madre y a mi padre que estuvieron nominados en numerosas categorías en esta ceremonia… Papá y mamá, acabo de ganar un Oscar”, decía entre lágrimas.
Ke Huy Quan, el mítico Tapón de ‘Indiana Jones’, ya no es un niño, es un hombre con Oscar en sus manos. Con gran emoción, lo primero que dijo fue que su madre le estaba viendo en su casa. “¡Mira esto, acabo de ganar un Oscar!”.
“Estuve un año en campamento para refugiados y ahora estoy aquí. Historias como esta solo pueden ocurrir en una película, no me puedo creer que me haya ocurrido a mí. Esto es el sueño americano”, comentaba el actor.
“Se lo debo todo al amor de mi vida, a mi mujer Corinna, que mes tras mes, año tras año, durante 20 años, me ha dicho siempre que un día llegaría mi momento”, explicaba con su estatuilla. “Los sueños son algo en lo que hay que creer, y yo casi renuncié a los míos. A todos los que estáis ahí, seguid soñando, mantened vuestros sueños con vida. Gracias por darme esta nueva vida”, ha sentenciado.