Martin Luther King y Julia Roberts: la historia de un insólito vínculo, a 60 años del "Yo tengo un sueño"

"Yo tengo el sueño" dijo el pastor y seis décadas después sus palabras aún resuenan como en una caja de resonancia, entre el éxito y el fracaso. Porque 60 años después hay muchos cambios en la sociedades, pero las desigualdades y la segregación persisten: no olvidemos que hace solo tres años un hombre negro llamado George Floyd moría asesinado por la policía, diciendo "por favor, por favor, no puedo respirar".

"Yo tengo un sueño - dijo Martín Luther King Jr. aquel 28 de agosto de 1963 en Washington- de que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad". Y fue precisamente en Georgia donde, menos de cinco años después, nacería Julia Roberts. ¿Qué tienen en común estos dos hechos?

Como reveló apenas hace un año la actriz en una entrevista para el History Chanel: “Mis padres tenían una escuela de teatro en Atlanta que se llamaba El Taller de Actores y Guionistas. Y una vez Coretta Scott King`[esposa de Martín Luther King] contactó con mi madre y preguntó si sus hijos podían ser alumnos de la escuela porque les estaba costando encontrar un lugar donde los aceptaran”.  Así fue como 'los hijos de los esclavos' a los que se refería Martin Luther King metafóricamente para hablar de los todos los descendientes de los esclavos africanos, se sentaron en la mesa de los Roberts. En las rojas colinas de Georgia y en un tiempo en el que todavía era muy difícil la interacción entre blancos y negros.

Los Kings y los Roberts se hicieron amigos. Y cuando los primeros iban a tener a su tercera hija y pasaban por penurias económicas, fueron los King los que esta vez les tendieron la mano y pagaron las cuentas del hospital. Así, Martin y Coretta King pagaron por el nacimiento de Julia Roberts. Y tal vez, encarnaron, ni que sea brevemente, ese sueño de igualdad, solidaridad, armonía, reciprocida, se hacía real.

Solo unos meses después del nacimiento de Julia, Martín Luther King era asesinado de un disparo, en abril de 1968, víctima de un segregacionista blanco. Aunque a lo largo de los años se han sucedido las teorías sobre diversas conspiraciones para asesinarlo. Desde la que dice que fue una trama del gobierno que implicaba agentes federales, hasta las que implican a la mafia. Lo cierto es que ese día el proyectil le atravesó la garganta, pero no la voz.