{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Desde el 30 de agosto y hasta el 9 de septiembre, buena parte del mundo del cine se da cita en el noreste de Italia con motivo del Festival de Venecia 2023. El desarrollo de la 80ª edición del certamen se está viendo muy condicionado por la huelga de guionistas, actores y actrices estadounidenses, que ha puesto patas arriba la industria de Hollywood en las últimas semanas. Algunos filmes se han caído de la programación de la Mostra, que además está sufriendo las ausencias de muchas caras conocidas que secundan las protestas y no están promocionando sus trabajos. Pero, además, en Venecia se está produciendo otro fenómeno curioso.
Como viene siendo habitual, el festival, en su mezcla entre cine de autor europeo y americano, aglutina a varias de las cintas que protagonizarán la todavía incierta temporada de premios. Entre ellas, los nuevos trabajos de David Fincher, Michael Mann, Yorgos Lanthimos, Ava DuVernay, Bradley Cooper o Agnieszka Holland.
Pero en esta edición que conmemora las ocho décadas del evento cinematográfico se da, además, otra circunstancia. La coincidencia en la competición de varios nombres de directores que siguen la pasión por el séptimo arte iniciada por sus progenitores. Si en los últimos meses se ha popularizado el término 'nepo babies' para definir a aquellos hijos de profesionales del 'show business' que siguen los pasos de sus padres o madres, la Mostra ha venido a retomar el debate.
La circunstancia ha sido abordada directamente por el propio director del certamen, Alberto Barbera, que en declaraciones recogidas por el diario El País apunta a que se trata de algo que ha ocurrido siempre en la historia del arte. "Si se nace en una familia de directores, o intérpretes, junto con la leche materna se chupa amor por el cine", asegura el italiano, que añade el lazo familiar facilita innegablemente las cosas a la segunda generación que se mueve en este sector.
El caso más mediático es el de Sofia Coppola. La cineasta cuenta con una aplaudida trayectoria: ganó un Oscar al Mejor guion original por 'Lost In Translation', por la que se convirtió, en 2004, en la tercera mujer nominada a la Mejor dirección en la historia de los galardones estadounidenses. En Venecia, la hija pequeña del mítico Francis Ford Coppola presenta 'Priscila', un relato basado en la vida de Priscilla Presley y su relación con Elvis Presley. La película, protagonizada por un Jacob Elordi que ha arrasado en redes sociales tras sus apariciones, ha recibido críticas excelentes tras los primeros pasos.
Pero la directora de 'María Antonieta' no es la única. Ocurre lo propio con Pietro Castellito, hijo del actor y director Sergio Castellitto y la escritora Margaret Mazzantini. El italiano ha concurrido con 'Enea' al festival, su segundo largometraje, sobre una familia romana que mantiene vínculos con la mafia, que cuenta con su padre y su hermano Cesare en su reparto. Por su parte, Olmo Schnabel, hijo del director y pintor Julian Schnabel debuta con 'Pet Shop Days', para la que ha conseguido a Willem Dafoe, Maribel Verdú o Peter Sarsgaard.
A ellos se suman otros nombres. Los de los hermanos mexicanos Mariana y Santiago Arriaga, que compiten en la sección 'Orizzonti' con su primer filme, 'A cielo abierto', basado en un guion escrito por su padre, el aplaudido escritor y guionista Guillermo Arriaga. Es también el caso del japonés Neo Sora, que firma un documental basado en el último concierto del pianista Ryuichi Sakamoto, su progenitor. O el de Marina Alberti, hija de la escritora María Teresa León, cuya figura aborda en su cortometraje 'Aitana', y del poeta Rafael Alberti.