Este 20 de octubre la gran Meryl Streep protagonizará las 43ª entrega de los Premios Princesa de Asturias de las Artes, un reconocimiento que viene a sumarse a otros tantos honoríficos en su haber (es decir, fuera de sus tres Oscar, sus ocho Globos de Oro y sus dos Bafta). Streep ha recibido el César (Francia) en 2003, el Donostia del Festivald e San Sebastián (España) en 2008, el Oso de Oro del Festival de Berlín (Alemania) en 2012, el Stanley Kubrick (UK) en 2015 y el Cecil B. DeMIlle (EE UU) en 2017.
En una entrevista conjunta con Anne Hathaway, Streep y su compañera en 'El diablo viste de Prada' recordaban como los productores le exigían a la joven que bajara de peso para el papel, y como Streep la alentaba a defenderse de esa imposición machista. En un momento la presentadora le pregunta a Streep si los productores tuvieron el mismo requerimiento con ella: "Oh, no se hubieran atrevido" contestó Streep con absoluta seguridad y para celebración de la audiencia.
Lamentablemente, no siempre fue así. Y aunque hoy es unánimemente considerada por la audiencia como la mejor actriz de su generación y sus propios colegas no dudan en llamarla la 'GOAT' ('greatest of all time'), no podemos olvidar que Streep viene de un mundo completamente diferente: los 70.
Hubo un momento en el rodaje de 'Kramer contra Kramer' en el que Dustin Hoffman rompió violentamente un vaso que acabó hecho añicos sobre el pelo de Meryl Streep. Una licencia del 'método' que no estaba en el guión. Antes, Hoffman había abofeteado (realmente) a Streep, también fuera de guión. Era su primera escena juntos. Y antes, durante los ensayos, el actor le habría tocado un pecho a la actriz.
No ha sido la única vez en que Streep sufriera violencia machista. NI la única forma. Ya es muy popular la anécdota de cuando a finales de los 70 se presentó al casting para la película 'King Kong' y el entonces todopoderoso productor Dino De Laurentiis al verla le espetó a su hijo en italiano: "¿Por qué me has traído esta chica tan fea?". Con lo que no contaba el productor es que la entonces joven actriz hablaba perfectamente el italiano. "Siento no ser lo suficientemente bonita para actuar con King Kong" le dijo irónicamente. El papel se lo dieron a Jessica Lange, otra gran actriz, por cierto.
Hoy por hoy, y especialmente después del #metoo ciertas conductas como esas son impensables. Y sin embargo, aún hay mujeres que siguen pasando por el mismo trato, por no hablar de la diferencia salarial (Streep es una pionera en la lucha por la igualdad y ahora cobra 20 millones por película).
Meryl, nueva ganadora del Princesa de Asturias se ha ganado ciertamente el respeto de crítica, audiencia y colegas. Ni siquiera Donald Trump, cuando era presidente, pudo hacerle un rasguño cuando la llamaba pro Twitter "actriz sobre valorada". Y eso está muy bien. Pero la idea sería que no hiciera falta ser Meryl Streep para ganarse ese respeto.