Para ser alguien que debutó en el cine a los 12 años interpretando a una prostituta infantil ('Taxi Driver') y ganó su primer Oscar a los 26 interpretando a una víctima de una violación colectiva ('Acusados'), Jodie Foster se ha mantenido bastante al margen de la brutal sexualización a la que se ven sometidas habitualmente las actrices en Hollywood.
Incluso en películas tan tempranas como la maravillosa 'Foxes' (primer largo de Adrian Lyne en 1980), su papel entre el grupo de adolescentes protagonistas es el de la 'cuidadora', la madura, la seria. El caso es que Foster siempre parece haber tenido el ceño fruncido ante determinados estereotipos. De hecho, poco después de rodar 'Foxes', en una decisión muy poco común para las actrices de su edad, Foster se retiró temporalmente de la actuación para estudiar en Yale.
Esa misma tensión en la que parecía encontrarse sumida constantemente le sirvió a la hora de enfrentar algunos de sus papeles más importantes, como el de la agente Starling en 'El silencio de los corderos' (por el que obtuvo su segundo Oscar) o el de la científica Ellie Arroway en 'Contacto'. Pero también le granjeó la fama ya no solo de reservada, sino de fría.
Nada más ajeno a la realidad. Así lo demostraba en cada una de sus apariciones públicas en las que hacía gala de un humor flemático, es cierto, pero constante. Mientras su vida privada, eso sí, seguía sus propios cauces. Solo en 2007 mencionó públicamente a quien fuera su compañera durante 15 años, Cydney Bernard, a quien se refirió como "mi hermosa Cydney", aunque pocos años después terminaría separándose de la otra madre de sus hijos.
En 2013 Foster comenzó a salir con Alexandra Hedison, hija del también actor David Hedison, fotógrafa, ex pareja de la presentadora Ellen Degeneres y actriz ocasional, ella misma, en series como 'Melrose Place' o la mítica 'The L Word', de temática lésbica. Ese mismo año, en los Golden Globe, Foster volvió a agradecer a su ya ex compañera Cydney y anunciaba socarronamente que salía del armario... 'como soltera', ya que del otro armario había salido "hace miles de años, en la edad de piedra". Se casó con Hedison un año después.
A sus 61 años, Foster parece más cómoda que nunca, delante y detrás de cámaras. No se corta un pelo a la hora de criticar cierta actitud desdeñosa de las nuevas generaciones de actores o dice sin tapujos que le 'importan un carajo los cambios hormonales" de la madurez. Y tanto en su vida privada, que comparte hace ya una década con su mujer, como delante de las cámaras, se le siente mucho más cómoda consigo misma.
"Hay algo realmente hermoso en llegar a cierta edad en la que puedes decir 'ya tuve mi tiempo, y ahora tengo el tiempo para ayudar a otras personas. Es realmente la sensación más satisfactoria que he tenido en mi vida" ha dicho recientemente.
Como en el caso de la agente Denvers en 'True detective' -cuya hija, por cierto, es lesbiana, aunque este detalle es completamente irrelevante en su relación- Foster parece estar muy a gusto en sudaderas deportivas ('¡Go Vikings!) y vaqueros. Además es la 'chief', una policía en total control de sus facultades, un papel muy diferente al de la insegura aunque igualmente eficaz agente Starling.
De hecho, según ella misma asegura, parte de su propio aprendizaje de esta nueva etapa en la serie es haber descubierto el trabajo en equipo. "Es muy divertido. ¿Por qué nadie me lo dijo cuando tenía 30 o 40 años? Entonces creía que tenía que sostener esta especie de misterio por mí misma, en cambio no hay nada más bonito que crear en relación con los demás". Bienvenida a la nueva Jodie.