En los 70 y en los 80 se afianzaron dos de los grandes mitos del cine de acción: Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger. El primero gracias a ‘Rocky’ y ‘Rambo’, y el segundo por ‘Terminator’, lo que los que convirtió en iconos cinematográficos, amigos e incluso rivales, pues siempre han sido comparados, desde su físico, hasta su interpretación o sus entrenamientos. Y todo por tener carreras similares en las que podrían haberse intercambiado papeles, algo de lo que Stallone no está del todo de acuerdo.
El neoyorkino, debido a unas complicaciones en su parto, tiene una parálisis en el labio, en parte de la lengua y en la barbilla, algo que le ha provocado dificultades en el habla a lo largo de su vida, pero que no ha sido un impedimento para que se convirtiese en una de las grandes estrellas de Hollywood, aunque sí para ser un personaje mítico que él mismo reconoce que no podría haberlo interpretado por esos problemas de dicción.
Sus comienzos no fueron fáciles, pues en muchas audiciones se encontraba con burlas por su forma de hablar, pero todo cambió cuando Rocky Balboa llegó a su vida y le abrió las puertas del éxito en la gran pantalla a mediado de la década de los 70. No obstante, siempre fue consciente de sus limitaciones.
Durante una entrevista en la que hablaba de personajes de cómics a los que le hubiese gustado interpretar, subrayó que no tiene el aspecto para meterse en la piel de uno, además de que probablemente nunca hubiese conseguido el papel de Terminator por su forma de hablar.
“No me parezco a ningún personaje de cómic. Nunca podría haber interpretado a Terminator porque nadie haría un robot con la boca torcida y la voz que suena como un portador de un féretro. Simplemente no funciona”, explicó el actor sobre esa remota posibilidad que, quien sabe, podría haber salido bien, más aún con un curriculum en el que ya acumulaba las primeras películas de Rocky y Rambo, además de más de una cinta de acción más que le validaban como una de las grandes estrellas de Hollywood hasta la actualidad.
Solo hay que ver a Schwarzenegger, que en sus inicios también se encontró con problemas en la industria cinematográfica por su acento austriaco, que terminó convirtiéndose en una ventaja para interpretar a Terminator en el cine