¿Qué está pasando con Coppola? La película con la que iba a retirarse por todo lo alto le hunde

Dejar perpleja a la crítica es algo que no siempre es necesariamente malo. Muchas películas han empezado su andadura así para después iniciar un lento camino hacia compresión e, incluso, el estatus de culto. Pues bien, no parece ser que vaya a ser el caso de 'Megalópolis', la que será probablemente la última película del gran Francis Ford Coppola (85), que acaba de estrenarse en Cannes.

Hay una película que siempre se cita como ejemplo de cómo la 'visión' de un director puede colisionar frontalmente contra, bueno, contra el resto del universo: 'La puerta del cielo' (1980), el western significó el adiós de la relación de Michael Cimino con los grandes estudios (llevó a la quiebra a United Artist) pero también uno de los más controvertidos testamentos cinematográficos. Para aclararnos, Cimino siguió haciendo películas independientes, algunas de ellas buenas, pero siempre se le recordará por esa obra maestra que es 'El cazador' (1978) y ese fracaso monumental que fue 'La puerta del cielo', en el que sus excesos, delirios y actitudes megalómanas convirtieron el rodaje en un verdadero infiernos para sus financistas. Más de cuatro décadas después, la película sigue sin poner de acuerdo a la crítica.

Algo parecido podría decirse, a tenor de la respuesta a los primeros visionados de la cinta, de 'Megalópolis'.En realidad, se trata prácticamente de la crónica de un fracaso anunciado. La cosa empezó mal: tras no conseguir el financiamiento por otros medios, Coppola vendió sus preciados viñedos italianos para pagar su fantasía. Y ya durante el rodaje la escalada caótica siguió su curso: fuga masiva de parte del equipo de producción -durante un tiempo se quedó directamente sin departamento de arte-, despido de casi todo el equipo de efectos visuales y, según recientes denuncias, incluso varios casos de acoso sexual de parte del director, que habría tratado de besar a varias extras de una escena orgiástica y habría obligado a otras a sentarse en su regazo.

Pero el asunto no acaba allí, según testimonios recogidos por The Guardian, Coppola "a menudo aparecía por las mañanas antes de rodar grandes secuencias, y como no se había puesto en marcha ningún plan, y como no permitía que sus colaboradores pusieran en marcha un plan, simplemente se sentaba a pasar horas en su tráiler, no hablaba con nadie, fumaba marihuana… Y pasaban horas y horas sin que se filmara nada -ha dicho una fuente anónima según el medio británico-. Y el equipo y el elenco se quedaba ahí y esperaba. Y luego salía y se inventaba algo que no tenía sentido, y que no seguía nada de lo que nadie había hablado, ni nada de lo que estaba en el guion, y todos simplemente lo aceptábamos, tratando de sacar lo mejor de ello. Pero, casi todos los días, simplemente nos alejábamos sacudiendo la cabeza y preguntándonos qué habíamos estado haciendo las últimas 12 horas", sostuvo.

El resultado se veía venir cuando hace unos meses trascendió que, tras ver la película algunos distribuidores -entre los que estaban representantes de Disney, Warner y Netflix- habían declarado que "no es nada buena, y fue muy triste verla", otros que "cualquiera que ponga publicidad detrás, va a perder dinero" y los que más que "así no es como Coppola debería terminar su carrera como director".

Lo que ha dicho la crítica de 'Megalópolis', hasta el momento

Finalmente, los peores presagios parecen haberse cumplido. Y mientras que para unos pocos, como los críticos de la revista 'The Playlist': "es una epopeya en expansión, el sueño de un loco, una visión deslumbrante de la mente de un creativo inquieto", para la mayoría, como el crítico Richard Lawson, de 'Vanity Fair', "esta es la mayor basura de las películas basura: una mezcla de las muchas inspiraciones dispares de Coppola". 

Otros, como Kevin Maher de la revista 'Times' han llegado a decir que "se trata de 138 minutos embrutecedores de temas mal concebidos, escenas a medio terminar, actuaciones planas, ensaladas de palabras en los diálogos e imágenes feas, todo aparentemente en busca de una historia que no existe". Mientras que para Luis Martínez, de 'El Mundo', es "no necesariamente por este orden, cargante, pomposa, errática, autoindulgente, arrogante y hasta fea (muy fea)".

Son palabras duras para el hombre que creó 'El Padrino' -cualquiera de sus tres partes- y 'Apocalipsis ahora', otra de las películas en las que se dejó el dinero y casi la vida para llevara a cabo, aunque con un resultado distinto ya que fue casi de inmediato aclamada como una obra maestra. No parece que vaya a ser el caso de 'Megalópolis' ni a corto, ni a mediano, ni a largo plazo.