Francis Ford Coppola es un guionista, director de cine y productor que ha realizado múltiples películas con estos cargos. Algunos de los títulos que forman parte de su carrera incluyen Los marginados, Megalópolis, La ley de la calle y muchas más, pero sin duda la trilogía que ha hecho que su nombre trascienda a través de los años es El Padrino.El Padrino
El Padrino cuenta la historia de la familia Corleone y sus negocios en la mafia, en particular en la vida de Vito Corleone y su hijo Michael Corleone, quien hereda el negocio de su padre y debe enfrentarse a una transformación en su personalidad que marcó la historia del cine como pocas películas lo han logrado y que, además, se basa en historias de la vida real.
A sus 82 años, Francis Ford Coppola vive, como lo ha hecho de una forma u otra desde que dirigió El Padrino en 1972, en todo su esplendor. O algo así. En las últimas cinco décadas, Coppola se ha declarado en bancarrota al menos una vez y ha sido expulsado de Hollywood otras tantas. Un esplendor relativo. Su residencia principal se encuentra en el Valle de Napa, en los terrenos de un viñedo de antaño fructífero, Inglenook, que el cineasta lleva 47 años intentando encumbrar de nuevo.
Este año se celebra el 50º aniversario del estreno de El Padrino y la relación del director con el film es complicada. “Esa película me destrozó”, confesó en una entrevista reciente a GQ México, “en el sentido de que tuvo tanto éxito que todo lo que hice después se comparó con ella”.
El padrino le hizo violar muchas de las ilusiones que tenía para su edad. Con 31 años y cuatro películas en su haber, su propósito era seguir haciendo cine independiente al margen de la industria. Aceptar el trabajo de llevar a la pantalla grande la novela de Puzo implicaba lidiar con la Paramount sin saber lo complejo que sería el proceso.
Durante los preparativos encontró problemas para elegir al elenco principal, para rodar en Nueva York o para situar la trama en 1945. Incluso, según ha reconocido, en las primeras semanas pensó que sería despedido. Sin embargo, el director de Apocalypse Now elevó a cotas insospechadas el material original convirtiendo el relato de los días finales de un rey de la mafia y sus hijos en una extraordinaria reflexión sobre el capitalismo y la familia y siempre será recordado por ello.
Coppola estuvo a punto de ser despedido del rodaje de la primera película de El padrino en cinco ocasiones. Una de ellas fue cuando insistió con Brando para el papel de Vito Corleone, porque la productora no lo creía idóneo.
Otra de las razones por las que Paramount dudó de la continuidad del director fue el retraso que generaron las lluvias para la filmación de algunas escenas, como la del casamiento. Asimismo, la compañía tampoco estaba de acuerdo con rodar -además de en Nueva York- en Sicilia el origen de la familia principal de la película. Coppola no iba a renunciar a tal locación. Finalmente, ganó la batalla.
Fiel a su estilo, el capo del cine quería que el film durara más de tres horas, algo que no consiguió por oposición de la productora, aunque con las dos horas 58 minutos rozó el límite permitido. No solo quiso sortear la barrera del tiempo, sino que se excedió también en el presupuesto, otro motivo del descontento de Paramount.
Más tarde se darían a conocer otros trabajos destacados del director: La conversación (1974), Apocalipsis Now (1979) y la segunda (1974) y tercera parte(1990) de El padrino. En cuanto a esta última, el cineasta ideó un nuevo final con mayor calidad y un desenlace distinto, tras las críticas que sufrió en los últimos 30 años.
Con la excusa de la celebración de los 50 años de su estreno, El Padrino fue relanzada en 4K y restauradaEl Padrino. A propósito de esto, su director ha recordado algunos momentos claves del rodaje en entrevista con 'Hollywood Insider' y reveló cuál es la escena que más le gusta: “Creo que mi escena favorita es cuando el niño está con su abuelo, y Marlon le sorprende con la naranja en la boca en el jardín”.
Justamente, cuando vemos el costado más tierno de Don Corleone, el jefe de la familia se desploma muerto y así da lugar a un nuevo líder. Lo cierto es que esta memorable escena fue en gran parte fruto de la improvisación de Brando, quien propuso jugar con la naranja y comportarse de una manera tonta, ya que era la forma en la que él jugaba con los niños.
Sobre esto, Coppola apuntó: “Pensé ‘Qué idea más ridícula’. Pero de repente lo vi claramente: ¡por supuesto! ¡El Padrino muere como un monstruo! Una vez le había visto con colmillos de piel de naranja, supe que nunca podría rodarla de otra forma”. La escena funciona de maravilla y se encuentra entre los momentos inolvidables de la película.