Cuenta la leyenda que una vez los padres de una veinteañera Judi Dench fueron a verla al teatro -'Romeo y Julieta', dirigida por Franco Zeffirelli, en el Old Vic, de Londres- y en un momento en que Julieta clamaba "¿Dónde están mis padres?", su padre, es decir el de Judi Dench, completamente obnubilado por la actuación de su hija, gritó "Aquí estamos, amor, en la fila G".
Podría haber empezado actuar a los 60 años y seguiríamos admirándola. Fue la jefa no de no sino de dos James Bond en el cine, interpretando a M, la cabeza del MI6- en cuatro ocasiones junto a Pierce Brosnan, y en otras tres junto a Daniel Craig. Obtuvo el Oscar por un papel de exactamente 5:52 minutos en pantalla en 'Shakespeare in love' (1998) y conquistó al mundo con su papel de Iris Murdoch en 'Iris' (2001) o en películas como 'Philomena' (2013). Sin embargo, como ocurre con muchos actores y actrices ingleses de su generación, el grueso de su carrera la realizó en el teatro shakesperiano. En el mítico Old Vic, para mayores señas.
La actriz, de 89 años (en diciembre llegará a las nueve décadas) ya había dicho hace más de una década que aunque padecía degeneración macular -una alteración de la parte central de la retina, responsable de la visión central- buscaría la fórmula que le permitiera seguir trabajando y que estaba convencida de que era posible hacerlo apelando a otras formas de aprendizaje, como apoyarse en su memoria fotográfica y ayudándose de sus compañeros de escena.
Sin embargo, ya en los últimos tiempos su vista ya había dado señales de estar empeorando y hace dos año desvelaba que se incluso se había tropezado con una alfombra en su domicilio de Surrey y había estado media hora en el suelo incapaz de levantarse. Y hoy, a tenor de sus últimas declaraciones, parece que el problema ya es irreversible. En su última aparición pública, en una exposición de flores en Chelsea, y ante la pregunta de un periodista de si tenía planes para papeles futuros, la actriz respondió contundentemente: "¡No, no, ni siquiera puedo ver!". Consultados por la prensa británica, sus representantes han dicho que poco más hay que añadir.
Ya el año pasado ella misma le decía al 'Sunday Mirror' que aunque seguía intentando encontrar soluciones, “ya no puedo ver en un set de filmación”... “y no puedo leer”. Así que todo indica que aunque Dench, ha resistido firmemente a la jubilación, cada vez es más difícil, para la casi nonagenaria actriz, defender los papeles en escena. Lo que está claro es que la Dama del Imperio Británico no ha perdido ni el buen humor, ni la energía ni sus refinados referentes, y cuando una alumna de primaria le entregó como regalo una de las flores exhibidas dijo que lo llamaría Antonio, "como el hijo adoptivo del emperador Adriano".