Cualquiera que revisa la carrera de Harrison Ford pensaría que nació para ser una de las grandes estrellas de Hollywood como lo ha sido a lo largo de las últimas décadas en el séptimo arte. Sin embargo, una mala palabra puede arruinar toda una trayectoria intachable, da igual quien seas (o no, que de eso ya hay varios ejemplos). Y lo cierto es que al actor de Indiana Jones estuvo a punto de acabársele el chollo en la gran pantalla. Pese a su fama y tras haber participado en multitud de películas, es posible que nos hubiéramos quedado sin Ford hace mucho y su nombre no sería recordado no por los más cinéfilos.
Walter Beakel descubrió a Ford, que rápidamente se convirtió en su debilidad mientras muchos compañeros no le veían ningún tipo de futuro. Gracias a su apadrinamiento llegó a Columbia Pictures en una época en la que la productora se expandía hacia Europa. En esos tiempos Jerry Tokofsky, representante de actores, llegó a la cima y presidía la productora.
Pero ¿qué pasó con Harrison Ford? Beakel logró que Ford formase parte de ‘Ladrón y amante’, cinta protagonizada por James Coburn en donde el actor salía unos 40 segundos como botones de un hotel. Un trabajo que bien pudo ser el último de Harrison Ford en la gran pantalla.
El actor no se llevó bien desde el inicio con Tokofsky, que adoraba a las viejas leyendas. “No solo pensaba que Ford era mal actor, sino que también creía que le faltaba atractivo y rango dramático”, comentó Beakel en su biografía. Ya su nombre no le hacía gracia, incluso llegó a bucear en los archivos de Hollywood hasta encontrar a un actor de cine mudo ya muerto que se llamaba como él para rechazarlo.
En aquellos años no podía haber dos artistas con el mismo nombre, por lo que Ford tuvo que añadir una J. al suyo, incluso cuentan que durante ‘Indiana Jones’ Sean Connery le llamaba ‘Junior’. Tras ceder en el nombre, Tokofsky pensó que tenía la sartén por el mango y quiso ir más allá y le sugirió cambiar el nombre porque era demasiado pretencioso. ¿A cuál? Kurt Affair.
Según contó en su propia biografía, ese fue el nombre más ridículo que se le ocurrió y por eso lo propuso. Pero no fue lo único, también lo mandó a la peluquería para cambiarle el peinado, acabando con un gran tupé que recordaba a Elvis Presley.
Tras ‘Ladrón y amante’, el mandamás de Columbia Pictures le dijo que no valía para ser actor. “Chico, déjame contarte una historia sobre Tony Curtis”, le comentó, asegurando que comenzó su carrera interpretando a un botones y en ese momento ya se sabía que era una estrella.
“Pues déjame decirte otra cosa, chico. Juraría que lo que debería parecer Tony Curtis era un botones”, le replicó Ford, algo que Tokofsky no se tomó bien y empezó una cacería para hundirlo y que no lo aceptasen en ningún proyecto. Perdió su papel en ‘Model shop’, se apuntó a un curso de carpintería y cuando Al Pacino rechazó se Han Solo, George Lucas le llamó. El resto de la historia ya la conocemos todos.