En la edición de los Premios Forqué 2024, el actor Alberto San Juan ha vuelto ser una de las figuras destacadas por su talento y compromiso con el cine español, estando en esta ocasión nominado al premio al mejor intérprete masculino por su gran trabajo como protagonista en ‘Cristobal Balenciaga’. 

Sin embargo, más allá de su reconocida trayectoria y logros profesionales, está el ámbito personal que ha influido profundamente en su carrera. Acompañado por su esposa, la arquitecta Paloma Domínguez, y sus hijos, Max y Mateo, San Juan ha encontrado en su entorno familiar un pilar fundamental que le ha permitido ir un paso más allá en su trabajo artístico.

Nacido el 1 de noviembre de 1968 en Madrid, Alberto San Juan Guijarro es hijo del dibujante e ilustrador Máximo San Juan y de la exlocutora de radio Pilar Guijarro Ortiz de Zárate. Su inclinación hacia las artes escénicas se manifestó desde joven, sin embargo inicialmente lo que estudió fue Ciencias de la Información, ya que tal y como afirma "Yo quise ser actor a los 17, pero no me atreví por vergüenza.” Por eso, una vez pasada esa etapa decidió formarse como actor en la Escuela de Interpretación de Cristina Rota. 

En 1996, protagonizó la serie de televisión "Más que amigos", dirigida por Daniel Écija, y debutó en el cine con "Airbag", de Juanma Bajo Ulloa. Tras ello el actor no paró, sino que crecío, con su participación en producciones de éxito como "Los lobos de Washington" o "Entre las piernas". Fue nominado al Goya como mejor actor de reparto por "El otro lado de la cama", una de las películas más taquilleras de España durante el año 2002. 

Sin embargo, a pesar de que su éxito se vincula más con su trabajo en el mundo del cine, el propio actor confiesa su preferencia por el teatro, donde afirma tener «más autonomía y más dominio», además de afirmar que este es un medio más humano y sometido a menor presión mediática. Es habitual verle sobre los escenarios, y en los últimos tiempos ha recorrido los teatros con Macho Grita, una comedia musical.

Paloma no es la primera pareja de Alberto, ya que ese papel corresponde a la productora chilena Karen del Río, de la que se divorció, para después mantener una relación con Alba Molina, hija de Lole y Manuel. 

La relación entre Alberto San Juan y Paloma Domínguez trasciende el ámbito personal, ya que ambos comparten una visión artística y social que se refleja en sus proyectos conjuntos. Paloma, arquitecta de profesión, ha sido una colaboradora clave en iniciativas como el Teatro del Barrio, fundado en 2013 por San Juan. Este espacio cultural, ubicado en el barrio de Lavapiés, Madrid, se ha convertido en un referente por su compromiso con la reflexión política y social a través del arte. La participación activa de Paloma en este proyecto evidencia la sinergia entre ambos y su dedicación a causas que consideran fundamentales. 

Los hijos de Alberto y Paloma, Max y Mateo, que llegaron al mundo cuando el actor ya había cumplido los 45 años (ahora tiene 56), han crecido en un entorno donde el arte y la cultura son parte integral de la vida cotidiana. Aunque aún son muy jóvenes, su exposición a las artes escénicas y su participación en actividades culturales invitan a que exista una continuidad del legado artístico de la familia San Juan, aunque todavía es muy pronto para poner carteles y etiquetas a estos jovenes.

Mantener un equilibrio entre una carrera artística activa y la vida familiar es un desafío al que Alberto San Juan se ha enfrentado con determinación. En diversas entrevistas, ha destacado la importancia de la familia como fuente de inspiración y apoyo. La colaboración con Paloma en proyectos como el Teatro del Barrio no solo demuestra la fortaleza de su vínculo personal, sino que también enriquece su trabajo profesional al integrar perspectivas y habilidades complementarias. 

La conciencia social y política que caracteriza a Alberto San Juan tiene raíces profundas en su historia familiar. Su padre, Máximo San Juan, fue un reconocido dibujante e ilustrador, conocido por sus viñetas en el periódico El País, donde trabajó durante 30 años. Esta influencia se refleja en el compromiso de Alberto con causas sociales y en su participación en proyectos que buscan generar reflexión y cambio a través del arte.