Los que nos hemos criado con solo dos canales de televisión hemos sufrido la expulsión indiscriminada del salón domingo tras domingo. “La culpa” la tenía la revolución del cine español tras el cambio político, el despertar de la sociedad española y la aparición de escenas picantes que nuestros padres nos prohibían ver. Los actores de la época alcanzaron tal protagonismo que incluso personificaron auténticos fenómenos cinematográficos. Sucedió con Alfredo Landa y el 'landismo'. Desde Uppers hemos querido recordar qué es el 'landismo' y cómo este increíble actor puso en marcha un movimiento semejante.
Alfredo Landa Areta nació en Pamplona en 1933 y desde principios de la década de 1970 cuando inició su carrera fue transformándose hasta convertirse en uno de los actores más importantes del cine español gracias a un completísimo, variado y versátil registro interpretativo.
En ese año 1970 se estrenó en las salas de cine No desearás al vecino del quinto con Landa como uno de sus protagonistas. El éxito de taquilla fue total a pesar de que la película no tenía grandes aspiraciones: una historia de humor de parejas que son infieles, personajes gais y chicas con curvas en ropa interior.
El público de la época estaba embobado con esos “desmadres” y “destapes” y asistió en masa con un récord de taquilla. Se dice que se recaudaron más de 100 millones de las antiguas pesetas. Así, la película fue el culmen del 'landismo', un género que fue creciendo en España después del franquismo y empapó toda el cine de la época estuviera presente o no Alfredo Landa.
En los setenta, a través de esas películas se pretendía sacarle punta a las costumbres que habían marcado tanto a la sociedad española, abrir paso a la modernidad, pero también burlarse de ella, “caricaturizar las debilidades patrias” y dar rienda suelta a esa represión sexual a la que había estado sometida hasta entonces la mayoría de la población.
Se podría decir que el 'landismo' empezó a fraguarse cuando el director José María Forqué y el cineasta Pedro Masó se fijaron en Alfredo Landa, al que casi nadie conocía, mientras interpretaba un pequeño papel en el Teatro María Guerrero. Le propusieron dar el salto a la gran pantalla y protagonizó la película Atraco a las tres. Su papel sentó las bases del género que adoptó su nombre.
En poco tiempo Alfredo Landa protagonizó películas míticas que ya sus títulos daban la cara de lo que se pretendía: Una vez al año ser hippy no hace daño, Vente a Alemania, Pepe, Aunque la hormona se vista de seda, Vente a ligar al Oeste. El actor se rodeaba de chicas en picardías y compañeros muy torpes para ligar, pero todavía no le había llegado el momento de mostrar todas sus capacidades y aptitudes para la interpretación.
En todas esas cintas del 'landismo' le acompañaban otros grandísimos del cine como Florinda Chico o el maravilloso José Sacristán. Casi todas fueron dirigidas por Pedro Lazaga o Fernando Merino y reflejaron esa época de los setenta a través de personajes reprimidos “que encarnaban las frustraciones nacionales y generacionales de los españoles”.
Después murió Franco y el 'landismo' desapareció para dejar paso a otro cine más directo y erótico y a la pornografía. Ya no tenían sentido las posibles aventuras de Landa con una turista sueca en la playa ni las situaciones que solo insinuaban cuando llegaron los actores especializados en escenas de sexo en vivo y en directo del cine X.
El 'landismo' fue un reflejo de la sociedad del momento y de su despertar de forma “soñadora e inocente” en los personajes de Alfredo Landa. También mostró una realidad que era un poco racista, homófoba y sobre todo machista porque siempre ponía el foco de atención en el “macho ibérico”.
La muerte del 'landismo' liberó por fin a Landa de su “papel de gañan” y le permitió protagonizar muchos interesantes e impresionantes personajes. Era lógico su éxito pues había estado representando cómo esas fantasías de cualquier hombre, feo, bajito y un poco relleno podían hacerse realidad consiguiendo con moral, ganas e ingenio a mujeres totalmente fuera de su alcance.
Lo curioso es que Alfredo Landa en la vida real nunca fue un 'landista' ni un libertino. Siempre fue fiel a su mujer Maite Imaz Aramendi. Se conocieron de jóvenes, se casaron y tuvieron tres hijos: Ainhoa, Alfredo e Idoia. En mayo de 2013 murió el actor y su esposa tres años más tarde. En varias ocasiones, Landa dejó bien claro que él era “monógamo de toda la vida".
Además de todo ese cine español “del destape” nos quedan sus interpretaciones magistrales en El Puente (1976), que supuso “un punto de inflexión en su trayectoria” como cómico, en Los santos inocentes (1984), con la que obtuvo el premio al mejor actor en el Festival de CannesLos santos inocentes junto a su colega Paco Rabal. De la última etapa de su carrera nos quedan para disfrutarlas: las dos partes de El crack (1981 y 1983), La vaquilla (1985), Tata mía (1986), El bosque animado (1987) o El bosque animadoLa marrana Aunque hay muchas otras entre sus 120 películas.
Unos años antes de su muerte, cuando ya estaba retirado de la vida pública, Alfredo Landa fue premiado en 2007 con el Goya de Honor por su larga trayectoria profesional. También se le otorgó el Príncipe de Viana de la Cultura 2008 y cuatro menciones al Mejor Actor (1980, 1982, 1995 y 2008) del Círculo de Escritores Cinematográficos. Toda una magnífica carrera para recordar.