Ernesto Alterio: "Siento que descumplo años y vuelvo al niño que hay en mí"
Hablamos con el actor (48) sobre hedonismo y madurez
Con Héctor y Malena como padre y hermana, podría parecer que ser actor para Alterio, más que una opción, es una obligación. Pero Ernesto siempre prefirió hacerlo todo por placer. También su último papel, un narcotraficante hedonista en la película 'Lo dejo cuando quiera', para el que se fijó en Baco, "el espléndido y terrible dios de los excesos", nos explica. Hablamos con el bonaerense de cómo jugar a descumplir años y conservar el niño que disfruta de la vida y que aún asoma en la madurez.
¿Qué le pides a esta etapa de la vida?
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No soy mucho de pedir, sino más de agradecer. Pero sí doy gracias por los amigos que tengo y haber encontrado una profesión que me permite crecer como persona con cada papel. Estoy en una época en la que he encontrado serenidad. Era muy obsesivo con todo, me comía mucho el coco con hacerlo bien o hacerlo mal, y ahora paso de esa polarización. Las cosas son como son y hay que aprender a disfrutarlas. Y a aceptarse más a mí mismo.
Justo lo precioso del arte es llega a todo el mundo, de un modo o de otro
¿Qué te aporta esa serenidad?
Hay un malentendido en esto. La serenidad no compite con el humor ni con la diversión, todo lo contrario: desde ahí siento que disfruto más de las cosas. Antes estaba en el lugar del que actúa, del que hace, y hay un terreno maravilloso que estoy descubriendo ahora como espectador, que también es activo a su manera.
¿Convive bien esa actitud con el mundo actual?
Estamos en un mundo donde importa la inmediatez y accedemos a todo con un movimiento del dedo. Parece que no hay espacio para la serenidad o para vivir lo que nos sucede de otra manera. Y yo creo que no, que hay cosas que solo se consiguen con el tiempo: un grado de perfección en lo que uno hace, hondura a la hora de establecer relaciones… Esa madurez solo se da con el tiempo.
¿Hacia dónde vamos?
Ni idea, pero siento que yo descumplo años y que no he perdido el niño que hay en mí. Es más, vuelvo a él. Cada vez puedo disfrutar más de ese lugar sin complejos. Lo vivo como un privilegio, quizá también porque me pagan por hacer un trabajo en el que puedo jugar.
La serenidad no compite con la diversión
¿El arte tiene edad?
No, justo lo precioso del arte es llega a todo el mundo, de un modo o de otro. Eso es lo que a mí me gusta, que mi trabajo lo disfrute gente de todas las edades. Siempre habrá jóvenes, medianos y mayores… Y los chavales seguirán yendo a las discotecas, aunque, ¡como estamos tan sanos, igual nos vemos todos en las discotecas! ¡Yo al menos sigo yendo mucho! (risas) ¡Dejémoslo mejor aquí, que me estoy metiendo en un jardín!
Test Upper
- Un libro: 'Instrumental' de James Rhodes
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- Un actor: Sir John Gielgud
- Un momento: coger el avión para ir a La Toscana