Después de más de cuatro décadas en el cine y la televisión, podemos decir que Glenn Close es un icono. La actriz ha tenido ocho nominaciones al Óscar, pero nunca se lo ha llevado a casa. Sin embargo, sigue dando guerra delante de los focos y las cámaras.
Su proyecto más reciente es formar parte de la serie 'Tehran', de Apple TV, un papel para el que la actriz ha tenido que aprender a hablar persa para sumergirse de lleno en esta trama basada en los conflictos de Oriente Medio. Nunca es tarde para aprender algo nuevo.
La edad es solo un número en su caso: "Hollywood progresa, tengo 75 años y aún trabajo", ha afirmado la actriz durante la promoción de esta serie.
La actriz siempre se ha calificado como un poco "outsider" del universo Hollywood, y ha apostado en los últimos años de su carrera por papeles distintos. "Creo que hay una intención real de hacer cosas más diversas", afirmaba Close durante la presentación de la segunda temporada de esta serie israelí.
"Nunca he vivido en Hollywood, siempre he estado en la costa Este. Comencé en el teatro y he elegido mis papeles por intuición. Aún no soy consciente de todos los trámites que hay detrás de nuestra profesión", confiesa.
No tiene miedo a afrontar ningún reto, ni siquiera cuando hablamos de la barrera del lenguaje. "Cuando aprendes un idioma, también conoces cómo se expresa la gente. Tuve una profesora maravillosa, con la que trabajé 3 días a la semana, y me explicó que los iraníes son muy educados, guardan mucho las formas", contaba la actriz.
La actriz, conocida por trabajos como 'Atracción fatal' (1987) o 'La esposa' (2018), llevaba más de diez años sin trabajar para la televisión, pero reconoció que la perspectiva cada vez más internacional de la pequeña pantalla la animó a dar el paso.
"Ya no hace falta rodar todo en EE. UU. y en inglés para que una historia tenga repercusión global. Y quería formar parte de eso", afirmaba.
También ha hablado en varias ocasiones sobre el cambio de rumbo que tomó su vida al ser madre. "Siento, hablando por mí misma, que una vez que diste a luz, como mujer, siempre estarás dividida a la mitad, en lo que respecta a tus hijos", contaba Close a la revista Glamour. "Y si eres un padre que trabaja, siempre te sientes desgarrado y tratando de mantener el equilibrio. Annie, cuando tenía unos tres años, se me acercó un día y me dijo: ‘Te quiero. Te quiero completa’", añadía.
Su hija, Annie Starke, ahora de 34 años, también es actriz. Close comenzó una relación con su padre, el productor John Starke, cuando los dos se conocieron en el set de 'The World According to Garp' de 1982, pero se separaron en 1991.
"Ella es la persona a la que llamo probablemente más para que me dé su opinión sobre algo, porque tendrá una perspectiva que sé que yo no tengo, y necesito esa perspectiva", explicaba Close.
Close también habló sobre los estándares de belleza que se imponen a las mujeres a medida que envejecen. A sus 75 años, Close afirma sentir una tensión extra por la presión de parecer mucho más joven de lo que realmente es.
"Tenemos el cerebro tan lavado con respecto al tema de la piel. Ciertamente, sobre la piel de las mujeres", decía la actriz. "La textura de tu piel, y los cuerpos cálidos, duros, tersos contra los que luchan por volver a tener cintura. De hecho, es fascinante para mí, porque a medida que nuestra casa envejece, deberíamos volvernos más y más interesantes e interesados. Y, sin embargo, la fachada que la gente ve es esta", denuncia.
"Siempre he sentido que mi cuerpo no es realmente quien soy. Tengo 75 años, miro el mundo y siento que estoy mirando el mundo con la energía de alguien de 20 años. Y eso es lo que soy", concluye la actriz.