Una anécdota de la posguerra. El momento en el que ambos se vieron por primera vez. Las sensaciones y particularidades de las décadas pasadas. No hace tanto, las enseñanzas de los abuelos eran algo muy valioso. Hacían la función de los actuales smartphones: entretener y contar historias. Sus palabras no se banalizaban; no eran 'las batallitas del abuelo', sino un preciado conocimiento sobre tiempos que no pudimos vivir. Los nietos escuchaban, preguntaban y aprendían.
La actriz María Galiana (85 años) fue una de esas nietas ávidas de historias por conocer. Creció, se convirtió en una actriz irrepetible y marcó a varias generaciones en la serie 'Cuéntame', encarnando a Herminia. Se convirtió en un baluarte del cine español y ganó un Goya en el año 2000. Entre medio, tuvo tiempo de formar una familia. El paso del tiempo cambió las tornas: un día, la nieta que escuchaba a sus abuelos se convirtió en la abuela de seis nietos. Pero parece que ellos ya no tienen tanto interés en escucharla, como sí hizo ella en su momento. Al menos, esa es la sensación que subyace de una reciente entrevista concedida a la cadena SER, con motivo de la presentación de la obra 'El abrazo' en el Teatro Bellas Artes de Madrid.
En conversación con la periodista Macarena Berlín, la actriz reconoce que "no es muy nietera" a pesar de su legado familiar. "Soy bastente seca de carácter, arisca digamos", admite, aunque aclara que los quiere "mucho". "Soy muy independiente y no me importa nada vivir sola, a lo mejor es por eso. Los añoro, los echo de menos, tengo ganas de verlos, sobre todo cuando llevo mucho tiempo en Madrid", apunta. "Pero tampoco ellos tienen nada que decir a la abuela. Yo creo que ahora, si yo le contara cosas a mis nietos me dirían 'qué rollo abuela'. No creo que les guste nada. Tienen el móvil, para qué quieren a la abuela", subraya.
Aún así, intenta mantener la viva la llama de los viejos tiempos, de las reuniones familiares lejos de las pantallas. "En verano procuro que nos reunamos y juguemos a las cartas, y bueno, se consigue, pero eso es en vacaciones", asegura.
Galiana pasa mucho tiempo en Madrid. Los rodajes, las presentaciones, los estrenos... Todo ello se da en la capital. Pero se resiste a dejar en el olvido su tierra, Andalucía. "Madrid es mi segunda casa. En julio, cojo mi coche -yo conduzco todavía- y me voy a mi playa. Me lo paso en la playa. Vuelvo en agosto si hay algún bolo y después me voy". Al término de la temporada estival, regresa a Madrid para comenzar con el ciclo de grabaciones.
Preguntada por una declaraciones en conversación con Pepe Viyuela, la actriz sostiene que todavía hay edadismo a la hora de dar un papel a las mujeres veteranas. "El cine no quiere a los viejos", dijo en aquella ocasión. Critica, además, que el edadismo se dé en "otras muchas facetas de la vida". "Ahora mismo el mundo es de los jóvenes, evidentemente"."Por lo menos en España, no se hacen películas porque los guiones no están hechos por gente cuyo mundo gire alrededor de gente mayor", asevera.
En una ocasión, Galiana ya visibilizó este problema, presente en el mundo del espectáculo. Fue el ganar el Goya a Mejor Actriz de Reparto, en el año 2000. Entonces, quiso compartir el premio con "todas las actrices ya maduritas que todavía no han tenido su oportunidad, para que no pierdan la esperanza".