La de Matthew McConaughey es una de esas carreras que rompen la norma de Hollywood. El actor de 51 años convirtió su "all right, all right, all rignt", pronunciado con su inconfundible acento tejano, en marca de identidad y signo de una nueva etapa actoral dejando a un lado las comedias taquilleras con las que lo conocimos, como 'Dazed and Confused' (1993), por papeles que lo han lanzado al estrellato definitivo y con los que ha demostrado más poderío y recorrido -mención especial para 'True Detective'-. Pero desde finales del pasado año, Matthew también ha abierto (a medias) una ventana a su pasado y su carrera en lo personal. Su autobiografía, 'Greenlights', que en España edita Libros Cúpula, narra en primera persona una serie de episodios familiares, reflexiones, retazos de sus diarios, escritos durante 36 años, y fórmulas de pseudoautoayuda que han generado mucha conversación.
"Se llama 'Greenlights' porque es una historia sobre cómo yo y todos podemos obtener más luces verdes de la vida que vivimos. No nos gustan las luces rojas ni amarillas porque nos roban tiempo. Cuando nos damos cuenta de que todas se acaban poniendo verdes, ahí es cuando la vida se convierte en un poema y empezamos a conseguir lo que queremos y necesitamos. Estas no son unas memorias convencionales, ni un libro de consejos, sino más bien un libro de jugadas basado en aventuras de mi vida", escribe en su sinopsis.
Han sido los violentos episodios familiares entre su padre y su madre que narra como parte de esas memorias los que han acaparado la mayor parte de atención. Una infancia que el propio Matthew definía en una entrevista con Today como: "sangrienta, fea, a veces violenta". Episodios que narra con detalle en su libro, como recupera Revista de Verano, de El País, en una entrevista reciente con el actor: "En una de estas, la discusión comenzó a la hora de la cena. Él [su padre, Jim] tiró enfurecido la mesa por los gritos de Katy [su madre], a quien persiguió por la cocina. Ella buscó un cuchillo y lo amenazó con cortarlo en dos, pero terminó golpeándolo con el teléfono y rompiéndole la nariz. Jim, de 1,90 metros y casi 100 kilos, la bañó en salsa de tomate como respuesta. 'Se dejaron caer hasta quedar de rodillas, hasta el suelo de linóleo lleno de sangre y kétchup… e hicieron el amor', escribe McConaughey en sus páginas.
Detalles que han sido interpretados en general por público y crítica como propios de un entorno tóxico y abusivo pero que, sin embargo, el actor ha insistido en desmontar como tal. En la misma entrevista con Willie Geist en Today, Matthew apuntaba: "Me asustaba en esos momentos, pero incluso entonces e inmediatamente después de ellos, nunca cuestioné el amor que se tenían mamá y papá o el amor que nos dieron (…) ¿Es justo realmente que alguien diga eso [que eran malos tratos y abuso], si la persona que está realmente cuerda y muy consciente de lo que sucedió dice: 'No, no fue así’? No lo estoy negando. Mi mamá y mi papá no lo están negando. Así que no sé si es realmente justo que alguien le diga a otra persona: 'Oh, has sido víctima y han abusado de ti', si esa persona dice: 'no, no, no han abusado. No es así cómo lo viví".
Además, el actor usa este mismo relato para explicar su teoría de luces verdes que da título al libro, por la que esos episodios de dificultad y sufrimiento, le habrían conducido supuestamente a un aprendizaje: "Mi mamá y mi papá se divorciaron dos veces y se casaron tres veces", dijo. "Si fuera al revés, el amor no habría ganado. Se habrían divorciado tres veces. Creo que cuento ese tipo de historias violentas porque pensé, 'Oh, lo están probando. Podría romperse [el amor de sus padres]. Pero en retrospectiva fue como, 'No, nunca podría romperse. Nunca tuvo la oportunidad de romperse".
En 1993, antes de su debut cinematográfico, su padre murió teniendo sexo con su esposa. Pero su madre, Kay, de 88 años, sí ha podido leer el libro y comentarlo con su hijo tras la polémica: "No niego lo que pasó, y lo que vi no fue abuso", insiste Matthew. "Mi madre me dijo: 'Eso es lo que necesitaba comunicar'. Si mi madre, que tiene 88 años, estuviera en la habitación de al lado, vendría aquí ahora mismo y diría: 'Yo soy quien inició cada una de esas peleas. Jim era el pacífico y decía: 'Kay, ¿podemos hablar?", insiste en justificar el actor.
Los relatos de violencia copan buena parte del texto, sin embargo y aunque lo menciona, el actor ha preferido no profundizar en los abusos sexuales que él mismo padeció en su adolescencia: "Si desarrollaba las historias de cómo me obligaron a tener sexo a los 15 años o de cómo abusaron de mí cuando tenía 17 esos serán los titulares. El libro no va de eso. Eso convertiría a mis lectores en 'voyeurs' [mirones] de mi historia", contó a El País.
Cuando toca hablar de su presente y de la familia que ha creado junto a Camilla Alves, la supermodelo brasileña, con quien tiene tres hijos (Levi, Vida y Livingston Alves McConaughey, de 13, 11 y 8 años respectivamente); el actor de 51 años explica que en su casa no aplican el castigo físico: "No crío a mis hijos de la misma manera que mis padres me criaron... pero no me atrevo a juzgar cómo lo hicieron mis padres porque cada vez que me metía en problemas, o me daban con el cinturón o lo que fuera, es porque me lo ganaba". dijo entre risas a Today.
Atención a las víctimas de violencia de género
El Ministerio de Igualdad, por medio de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, presta el Servicio telefónico de información, de asesoramiento jurídico y de atención psicosocial inmediata por personal especializado a todas las formas de violencia contra las mujeres, a través del número telefónico de marcación abreviada 016; por WhatsApp en el número 600 000 016 y por correo electrónico al servicio 016 online: presta el Servicio telefónico de información,número telefónico de marcación abreviada 016 por WhatsApp600 000 016016-online@igualdad.gob.es