José Luis Cuerda ha fallecido a los 72 años. El padre del cine surrealista en España marcó a toda una generación con películas como 'Total' (1985), 'Amanece que no es poco' (1988), 'Así en el cielo como en la tierra' (1995) y 'Tiempo después' (2018), todas ellas marcadas por un estilo que mezclaba lo rural con la ciencia ficción, el 'absurdismo' con el costumbrismo, en donde regían su propia norma, lo que el propio Cuerda definió como 'surruralismo'.
En el cine que nos enseñó el albaceteño siempre hubo escenas que se quedaron guardadas en la retina social, como el rezo de 'El Quijote' en 'Tiempo después', o la llegada de Teodoro y Jimmy al pueblo de 'Amanece que no es poco' en sidecar. Sin embargo, Cuerda también tuvo una función social que aún no se le ha reconocido como es debido: enseñó surrealistamente a enamorarse con calma y besar con pasión a toda una generación.
¿Cómo? Con la escena en la que Pastora Vera (Elena) muestra al hombre del bancal (Ferrán Rañé) qué era un beso y cómo se daba. La forma de entender el amor de José Luis Cuerda comienza con la aparición de un hombre enterrado de cuello para abajo en un bancal.
A su alrededor, dos labradores trabajan la tierra cuando ven este extraño suceso y avisan a Elena (Pastora Vega), dueña del terreno y una de las protagonistas de este romance, y le aconsejan arrancarlo y trasplantarlo. "¡Tú no sabes lo que chupa un hombre…! Te deja la tierra seca", le espetan, pero ella se agacha, lo mira y, con una música romántica mediante, le dice: "¡Cómo lo voy a arrancar! Me da lástima, es tan guapo...". El amor reposado, viene a decir, es más real que el acelerado, que muchas veces sale mal.
Poco más tarde, cuando el hombre que brota ha comenzado a crecer en el bancal, Elena vuelve para hacerle una visita muy especial. Y ahí comienza la lección:
Pero la historia, la escena, no podía acabar sin un toque surrealista de Cuerda, un chascarrillo final para provocar la sonrisa del espectador cuando el hombre besado empieza a notar un cosquilleo en su miembro inferior que le hace comenzar a hundirse en la tierra...
José Luis Cuerda, genio y figura que 'reclutó' sin querer a un ejército de 'amanecistas' que cada año se reúnen en la Sierra del Segura (Albacete) para recorrer los mismos parajes que recorrió el director con el rodaje de 'Amanece que no es poco'. Su legado quedará para siempre como el realizado por una de las últimas figuras, si no la última, del surrealismo español.