Joaquin Phoenix tenía 19 años cuando llamó a emergencias mientras su hermano mayor, el actor River Phoenix, convulsionaba en la puerta del Viper's Club de Los Ángeles: “Mi hermano está teniendo un ataque, creo que se ha tomado un valium. Se va a morir”. Solo dos de aquellos tres temores eran ciertos: River estaba sufriendo una sobredosis, pero el causante no era un tranquilizante, sino un cóctel líquido de cocaína y heroína que había ingerido por error y, efectivamente, aquel 31 de octubre de 1993 sería la última noche de su vida. Y la primera de su leyenda.
Como todos los iconos de la Generación X, River Phoenix tenía la mirada mucho más curtida que la piel cuando debutó en 'Cuenta conmigo' con 14 años. Para entonces, él ya había vivido más que muchas personas en toda su vida: sus padres, Arlyn y John Bottom, le criaron en la congregación religiosa Hijos de Dios junto a sus hermanos Rain, Liberty y Summer. Joaquin se cambió el nombre durante su adolescencia a Leaf (hoja), para no sentirse discriminado del resto de nombres hippies de su clan. River confesaría que mantuvo relaciones sexuales por primera vez a los cuatro años y continuó hasta los diez, cuando decidió regresar al celibato para perder lo que él definió como su “segunda virginidad” a los 15.
En 1977, cuando River tenía siete años y Joaquin tres, los Bottom abandonaron Hijos de Dios al descubrir que se utilizaba a las chicas adolescentes para flirtear con hombres y así atraerlos a la congregación. Años después se destaparía que Hijos de Dios era una secta que perpetraba abusos sexuales, violencia e incitación al suicidio. Pero para entonces los Bottom ya habían renacido, autobautizándose en una metáfora poco sutil como Phoenix y apuntando a los cinco hijos a una agencia de talentos de Hollywood. Arlyn, que se había cambiado el nombre a Heart, consiguió trabajo como secretaria en la NBC y a los 16 años River Phoenix ya estaba manteniendo económicamente a toda la familia.
El resto de los hermanos apenas conseguían trabajo, porque los principios veganistas de la familia les llevaban a negarse a participar en publicidad de productos derivados de animales (Joaquin se volvió vegetariano cuando a los cuatro años vio cómo se pescaba a los peces y, como adulto, ha participado en varias campañas animalistas, prefiriendo no llevar ropa de lana o cuero en sus rodajes a menos que sea estrictamente necesario). Pero River seguía caminando hacia el estrellato: a los 18 consiguió una nominación al Oscar por 'Un lugar en ninguna parte', a los 19 interpretó a Harrison Ford de joven en 'Indiana Jones y la última cruzada' y a los 21 ganó la Copa Volpi al mejor actor en el festival de Venecia por 'Mi Idaho privado'. En la preparación de aquel personaje, un chapero drogadicto, River probó la heroína. No se desengancharía de ella jamás.
Mientras tanto, Joaquin apareció en un puñado de series y películas (la más relevante 'Dulce hogar... a veces') donde todavía aparecía acreditado como Leaf Phoenix. Sin embargo, la interpretación le desilusionó y en 1989, con 15 años, se fue con su padre a viajar por Sudamérica. Aquella noche de Halloween de 1993 Joaquin acababa de regresar a Estados Unidos y, junto a su hermano River, acudió a una fiesta (donde un desconocido Leonardo DiCaprio trató de acercarse a su ídolo, sin éxito) y después se reunieron con Rain y Samantha Mathis, la novia de River. Cuando este salió a la calle tras beberse aquel cóctel de drogas sin saber lo que era, se desvaneció y Rain se sentó sobre él para tratar de contener sus espasmos. Flea, el bajista de Red Hot Chilli Peppers, le llevó al hospital pero el actor solo pudo ser declarado muerto una hora después.
La desaparición de River Phoenix funcionó como una macabra moraleja: ninguna campaña antidrogas (como la del gusano que se metía por un orificio nasal) podría resultar tan efectiva como la sobredosis mortal de un ídolo de la cultura popular. Joaquin nunca volvió a confiar en los medios de comunicación, ante los que todavía hoy se sigue mostrando incómodo y receloso a sus 44 años, desde que la prensa filtró el audio de su llamada a emergencias. Precisamente ese misterio contribuye a la fascinación que el público siente hacia el actor, alimentada por su talento para romper sus personajes desde dentro: nadie le tuvo en cuenta la broma a gran escala que le gastó al mundo en 2009 cuando se mostró agresivo, huraño e impertinente asegurando que iba a abandonar la interpretación para dedicarse al rap. Todo resultó formar parte de un falso documental, 'I'm Still There', que satiriza sobre la frivolidad absurda de la fama. Durante el rodaje, dos de sus trabajadoras demandaron al director Casey Affleck (por entonces casado con una hermana de Joaquin, Summer) por acoso sexual y uno de los incidentes tuvo lugar en la habitación de Joaquin mientras él no estaba. Nadie le ha preguntado sobre el asunto.
Quizá porque no tenga nada que decir o quizá porque la prensa considere que ya ha acorralado a Joaquin Phoenix lo suficiente durante los últimos 25 años tratando de que hable sobre su hermano. Él siempre se ha negado en rotundo a hacerlo, pero la semana pasada hizo una excepción durante un discurso de agradecimiento en el festival de Toronto al contar cómo River le convenció de volver a actuar. “Cuando tenía como 15 o 16 años, mi hermano River llegó a casa después del trabajo y trajo un VHS de una película titulada 'Toro salvaje'. Me sentó y me hizo verla. Al día siguiente, cuando desperté, me obligó a verla de nuevo y me dijo 'vas a volver a actuar, eso es lo que vas a hacer'. No me lo pidió, me lo dijo. Se lo debo a él, porque la interpretación me ha dado una vida increíble”.
En aquel discurso, Joaquin también mencionó a sus hermanas (a quienes describió como sus mejores amigas) y a sus padres, a los que agradeció la ética profesional que le inculcaron desde pequeño. Poco a poco, Joaquin Phoenix se va abriendo a mostrar en público su humanidad. No tuvo reparos en posar cariñosamente con su prometida Rooney Mara en el festival de Venecia, donde además firmó autógrafos con una simpatía y cercanía inéditas, y está concediendo entrevistas a pesar de que no disimula cuánto detesta hacerlo. “Estudié vídeos de bailarines famosos para el rodaje de 'Joker', pero no voy a contarte cuáles”, “encontré desafíos en varios libros, pero no te diré los títulos”. Cuando le preguntan cómo le ofrecieron el papel de Joker, confiesa no acordarse y se plantea si inventarse una buena historia para contar a la prensa. Siempre elude hablar sobre sus negociaciones con Marvel para interpretar al Doctor Extraño. Joaquin Phoenix nunca va a darle al público lo que el público quiere de él, sino algo mucho mejor, más raro y más asombroso: tal y como concluía El caballero oscuro, quizá no sea el héroe que el mundo quiere, pero sí es el héroe que el mundo necesita.
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